Padres de 43 jóvenes: «Estamos con más fuerza que nunca» tras informe de CIDH
EFE
Los padres de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos en 2014 remarcaron hoy que siguen con fuerza tras el segundo informe presentado por los expertos de la CIDH, muy crítico con el Gobierno, y pidió nuevos mecanismos para dar seguimiento al caso.
«Estamos con más fuerza que nunca», manifestó en rueda de prensa el vocero de los padres, Felipe de la Cruz, quien dijo que un año y siete meses después de la tragedia siguen igual de unidos y con su exigencia de «verdad y justicia» porque el tiempo «no los derrotará».
Aseguró que el mecanismo anunciado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para dar seguimiento al caso les ayudará a «llegar a la verdad».
El presidente de la CIDH, James Cavallaro, dijo este domingo que tiene «el desafío» de implementar un mecanismo «eficaz» que debería contemplar visitas para revisar avances en el caso, un posible monitoreo del mismo Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) y medidas para que militares sean investigados.
Carmen Mendoza, madre de otro de los jóvenes desaparecidos el 26 de septiembre de 2014 en Iguala (Guerrero), demandó además la creación de un mecanismo de búsqueda. «No son animales, y debemos seguir buscándolos hasta que los encontremos», asevero.
En su turno, Nicolás Andrés, padre del normalista Édgar Andrés, herido en el ataque armado perpetrado esa noche en Iguala, pidió la creación de otro mecanismo que supervise el cumplimiento de las recomendaciones que el GIEI hizo a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
También solicitó que el Gobierno «garantice cabalmente que la atención y las medidas de seguridad para cada una de las víctimas y familiares sea la adecuada» y atendiendo a las peticiones de los expertos.
En la rueda de prensa ofrecida por todos los padres de los 43 jóvenes y sus representantes legales se reiteró el apoyo y agradecimiento al grupo designado por la CIDH para el caso, que este mes culmina un año de pesquisas enfrentado al Gobierno tras denunciar graves inconsistencias en el expediente oficial.
Leonardo Campos, padre de otro de los jóvenes, fue claro en su mensaje: «Con los expertos tuvimos la verdad y la confianza» que ha negado el Gobierno, que quiere separar al GIEI de la investigación porque sabe que es grupo es capaz y está «muy cerquita» de la respuesta sobre el paradero de sus hijos.
Este lunes se han producido altercados en la sede del Congreso en Chilpancingo, capital de Guerrero, donde estudiantes de la escuela para maestros de Ayotzinapa han arrojado piedras al edificio y escrito en sus paredes: «El GIEI debe quedarse, alto al hostigamiento».
Además, los familiares exigieron la investigación y el cese del director de la Agencia de Investigación Criminal de la Fiscalía mexicana, Tomás Zerón, al que acusan de colocar evidencias en el río donde fueron halladas bolsas con restos humanos.
El GIEI presentó en su segundo informe pruebas gráficas de que Zerón encabezó una diligencia en el río San Juan el 28 de octubre de 2014 de la que no hay constancia en el expediente.
En estas imágenes aparecían ya dos bolsas con restos carbonizados que no fueron notificadas hasta un día después, y de donde se extrajeron pruebas genéticas del normalista Alexander Mora, el único de los 43 identificado plena y científicamente hasta la fecha.
«La Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía) no quiere dejar el basurero de Cocula ni el río San juan» en su afán para esconder «todas las verdades de todos los desaparecidos» con sus «males y mañas», denunció Ezequiel Mora, padre de Alexander.
Este domingo el GIEI presentó su segundo y último informe sobre el caso Ayotzinapa, en el que sugirió nuevas líneas de investigación, denunció serias inconsistencias en las pesquisas y documentó torturas a inculpados que parecerían encaminadas a crear una nueva versión oficial del caso.
Esta difiere de la llamada «verdad histórica» defendida por la PGR, pues en lugar de 43 estudiantes quemados en el vertedero de Cocula sería un número menor el que habría sido asesinado e incinerado en este lugar por miembros del cártel Guerreros Unidos esa fatídica noche.