“Yo me entusiasmaba con alguien, creía que me había enamorado (…) y eso duraba muy poco, porque nunca estuve con una persona más de dos meses (…) los dos primeros días sufría, pero al tercer día se me olvidaba”, según dijo el zar.
Seguidamente se refirió a una de su mayores tristezas, cuando emigró de Cuba. “Yo cuando salí de Cuba, durante un mes yo lloré, todas las noches, porque en las noches era que me daba una carraspera, se me trancaba la garganta y lloraba, porque extrañaba mi casa, mi familia, mi gente, mi papá, mi mamá, todo”.
Sousa confesó que sus inicios en Venezuela fueron muy duros, debido a la nostalgia que tenía, pero que después de desarrollar su talento se olvidó de todo lo que lo hacía sentir triste. Volvió a su natal Cuba, cuarenta años después.