Óscar Arias, el nobel de la Paz que afronta dos casos judiciales
EFE
El expresidente de Costa Rica y premio Nobel de la Paz Óscar Arias se encuentra salpicado en este 2019 por dos casos judiciales: uno relacionado al ejercicio del poder ejecutivo y otro acerca de una presunta violación sexual a una activista que buscaba su apoyo para impulsar el desarme nuclear.
A sus 78 años de edad, la figura política más prominente de Costa Rica en las últimas décadas ha visto como en cuestión de meses ha sido acusado por la Fiscalía por supuestas irregularidades en una concesión a una empresa minera y además denunciado por violación sexual.
«Yo no creo que haya habido en la historia, en 117 años de entregarse el premio Nobel a diferentes personas, que alguno de ellos haya sido acusado ante los tribunales. Yo he sido el primero y eso por supuesto que me duele», dijo Arias el pasado 28 de enero tras acudir a una audiencia preliminar por el caso de la mina de oro Las Crucitas.
En este caso, que un juzgado decidirá próximamente si lo eleva a juicio, el expresidente está acusado de prevaricato, un delito que se refiere a la firma de resoluciones contrarias a la ley o basadas en hechos falsos y que estipula penas de cárcel de entre dos y seis años.
La acusación se basa en la firma de decretos en 2008 que declararon de conveniencia nacional la mina de oro Las Crucitas, a cargo de la empresa Industrias Infinito, filial de la canadiense Infinito Gold.
La mina nunca se comenzó construir ya que en 2010 el proyecto fue cancelado por instancias judiciales debido a irregularidades en los permisos y a que la empresa taló árboles de especies en peligro de extinción.
Apenas una semana después de acudir a la audiencia judicial por el caso de la mina, el Semanario Universidad publicó este martes que una mujer médica, activista de una ONG contra el desarme nuclear, denunció el lunes al exmandatario por una supuesta violación sexual ocurrida en diciembre de 2014.
Según el relato de la mujer, cuya identidad no fue divulgada, la violación ocurrió en la casa del exmandatario en el marco de una reunión en la que ella busca el apoyo de Arias para la causa contra el desarme nuclear.
El dos veces presidente (1986-1990 y 2006-2010) y acaudalado empresario, ha dicho que en ambos procesos judiciales es inocente y que se defenderá en los tribunales. Sobre el caso de mina dijo que la Fiscalía «tiene más imaginación que García Márquez».
El expresidente costarricense está casado desde 2012 con Suzanne Fischel, su segundo matrimonio tras el que sostuvo por 22 años, hasta 1996, con Margarita Peón, exdiputada y exprecandidata presidencial, con quien tuvo dos hijos.
Arias, ganador del Nobel de la Paz en 1987 por ser el artífice del plan de paz de Centroamérica, está viviendo un 2019 atípico, pues está acostumbrado a atraer la atención de los medios internacionales por asuntos muy diferentes como sus declaraciones y conferencias relacionadas a la paz y la democracia en el mundo.
Entre sus últimas apariciones públicas se encuentran la del 23 de enero pasado, cuando decenas de venezolanos se concentraron frente a la casa del Nobel de la Paz para celebrar la juramentación de Juan Guaidó como presidente de Venezuela, y para agradecer a Arias sus constantes críticas, primero al Gobierno de Hugo Chávez, y luego contra Nicolás Maduro.
Arias salió a compartir con los venezolanos y a dar un breve discurso en el que mostró su confianza en que «la dictadura de Maduro tiene sus días contados».
Unos días después, el 30 de enero, Arias recibió en su casa al activista político y de derechos humanos venezolano Lorent Saleh, quien fue preso durante cuatro años entre 2014 y 2018 en Venezuela.
En esa reunión, Saleh, quien considera a Arias su amigo y mentor desde que se conocieron en 2009, instó a la conformación de un grupo de intelectuales y políticos de renombre internacional para apoyar una transición democrática en Venezuela.
Arias mostró su apoyo a esta causa y su disposición a participar.