Ortega anula figura de «Decano del Cuerpo Diplomático» que ocupaba el Nuncio
EFE
El Gobierno de Nicaragua anuló vía decreto la figura de «Decano del Cuerpo Diplomático», que desde el año 2000 correspondía al Nuncio Apostólico, representante de la Santa Sede, según informó este jueves el Diario Oficial, La Gaceta.
A través de un decreto presidencial, el mandatario Daniel Ortega reformó el artículo 6 del acuerdo que regula el protocolo del Estado en el que el Gobierno de Nicaragua reconocía como «Decano del Cuerpo Diplomático al Nuncio Apostólico de Su Santidad, y en su ausencia al embajador que hubiere sido acreditado con mayor antigüedad».
Ahora, con la reforma se establece que «con el fin de cumplir con la Convención de Viena, que en su artículo 14 establece que no se debe hacer distinción algunas entre los Jefes de Misión y que insta a un trato igualitario entre todos, se anula la figura del Decano del Cuerpo Diplomático».
El nuncio apostólico en Nicaragua es el polaco Waldemar Stanislaw Sommertag, que junto al exministro de Defensa de Uruguay Luis Ángel Rosadilla participaron como testigos y acompañantes en representación del Vaticano y de la Secretaría General de la OEA, respectivamente, en una mesa de negociación entre el Ejecutivo de Ortega y la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia.
El Gobierno de Ortega dio por clausurado el 30 de julio de 2019 la mesa de negociación que mantenía con la Alianza Cívica para buscar una salida a la crisis, pese al llamado de la Organización de Estados Americanos (OEA), de la Unión Europea, de los obispos nicaragüenses, del Ejército y otros sectores.
Ortega, que fue reelegido en los comicios del 7 de noviembre en medio de cuestionamientos de legitimidad, inició su campaña, el 4 de octubre pasado, llamando «terroristas» a los obispos nicaragüenses que actuaron como mediadores del primer diálogo nacional con el que se buscaba también una salida pacífica a la crisis que vive el país desde 2018.
El líder sandinista los ha calificado de «golpistas» y acusado de ser cómplices de fuerzas internas y de grupos internacionales que, a su juicio, actúan en Nicaragua para derrocarlo.
Las relaciones entre los sandinistas y la Iglesia católica de Nicaragua han estado marcadas por roces y desconfianzas en los últimos 42 años.
Con información Efe.