Opositores llenaron plaza Alfredo Sadel para homenajear a RCTV
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Miles de manifestantes opositores ocuparon la tarde de este sábado esta tarde la plaza Alfredo Sadel de la urbanización Las Mercedes, en el municipio Baruta de Caracas, donde se realizará un acto conmemorativo por los 10 años del cierre de RCTV, que salió del aire hace 10 años después de que no se le fuera renovada su concesión.
Este evento convocado por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), también denominado «marcha por el derecho a la libertad de expresión», forma parte de la agenda de protestas contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro.
Un cuadro negro que apareció después del Himno Nacional marcó a la medianoche del 27 de mayo de 2007 la despedida del canal 2, por cuyo «apagón» la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) condenó en 2015 a Venezuela.
«En el año 2007 comenzó a nacer también una nueva Venezuela. Ahí hubo una ruptura muy grande. Creo que hay un antes y un después del cierre de Radio Caracas Televisión», dijo a Efe el presentador Nelson Bustamante, quien estuvo a cargo de moderar un programa especial difundido en la noche de ese 27 de mayo.
«Las últimas palabras como canal de televisión abierta fueron: ‘Venezuela, jamás, jamás, pierdas la esperanza. Nos vemos pronto'», relató Bustamante, hoy radicado como muchos de los trabajadores de RCTV fuera del país.
Y recordó cómo su productora le avisaba de «esa cuenta regresiva».
«La productora me iba diciendo: ‘Nelson quedan ocho minutos; al rato, Nelson quedan seis minutos, Nelson quedan cinco minutos’. Entonces era esa cuenta regresiva», afirmó.
El presidente Hugo Chávez, fallecido en 2013 tras 14 años de Gobierno, ordenó en junio de 2006 revisar las concesiones a las emisoras que caducaban en 2007 y que, según él, apoyaron el golpe que lo derrocó brevemente en abril de 2002.
«No habrá nueva concesión para ese canal golpista de televisión que se llamó Radio Caracas Televisión», señaló Chávez el 28 de diciembre de 2006, al anticipar que esa frecuencia sería otorgada a una nueva televisión gubernamental, Tves.
En una sentencia de 2015, la CorteIDH, con sede en Costa Rica y que forma parte de la Organización de Estados Americanos (OEA), ordenó al Estado venezolano «restablecer la concesión» al canal 2 y «devolver los bienes objeto de las medidas cautelares».
Según esa instancia, en este caso «se configuró una restricción indirecta al ejercicio del derecho a la libertad de expresión producida por la utilización de medios encaminados a impedir la comunicación y circulación de la ideas y opiniones».
Sin embargo, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela declaró «inejecutable» ese fallo al advertir que «contradice la Convención Interamericana de Derechos Humanos y la Constitución» de Venezuela, «atentando contra el propio sistema de protección internacional de los derechos humanos».
El TSJ argumentó que este fallo «pretendió erradamente proteger ‘derechos humanos’ de una empresa como lo es RCTV» y «desconoció la necesidad de agotar los recursos de la jurisdicción venezolana para poder recurrir a instancias internacionales».
Para el gerente general de RCTV, Oswaldo Quintana, al momento de la salida del aire de ese canal el Estado «perfectamente podía montar no uno, dos y tres canales de televisión con cobertura nacional que tuviesen una línea editorial apegada a la línea del Gobierno» y consideró que «para ello no necesitaban cerrar a RCTV».
«Se quiso fue cerrar una voz en ese momento disidente, una voz independiente, una voz objetiva que molestaba al poder», se quejó.
Quintana explicó a Efe que hace diez años RCTV era uno de los canales «más importantes en Latinoamérica», que generaba 3.500 empleos directos y más de 5.000 indirectos.
«No solamente se le hizo un daño a la empresa directamente» sino que «también se generó un daño colateral» a negocios y trabajadores que indirectamente se veían beneficiados, consideró.
Pero «adicionalmente -advirtió- se dañó la industria de la telenovela» de Venezuela, que antes «era un país exportador» de estas historias.
Y es precisamente la producción de novelas la que aún mantiene abiertas las puertas de la sede de RCTV en Quinta Crespo, en el pleno centro caraqueño, y cuyos pasillos y mobiliario recuerdan la época dorada de un canal por donde pasaron reinas, humoristas y actores que ahora brillan en otras pantallas.
«Espero que Dios me dé vida para poder volver y decirle a Venezuela: ‘buenos días Venezuela, estamos en vivo y directo transmitiendo para ustedes'», declaró a Efe la presentadora Camila Canabal, quien recordó que empezó con 20 años de edad su carrera en RCTV, un canal que describe como «una gran familia».
Para Canabal, quien hoy vive fuera de Venezuela, estos 10 años «han coincidido con un cambio dramático» en el país.