OPINIÓN | El hombre nuevo, por Miguel Truzman Tamsot
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Un individuo superior, plenamente emancipado y desarrollado multifacéticamente en todos sus aspectos, espiritual, moral, físico y estético, sería la gran creación del marxismo, última estación después de pasar por el socialismo, en donde este Nuevo Hombre rompería las cadenas de la enajenación del trabajo como una mercancía, para elevarse por encima de esa relación, humanizando y transformación el hecho laboral, poniendo la naturaleza a su servicio y permitiendo un autoconocimiento del espíritu absoluto.
Esta expresión del Hombre Nuevo, que se sobrepone al YO, ególatra del capitalismo, que busca la justicia de los seres humanos a través del igualitarismo a ultranza, por encima de todo y por supuesto alejado de cualquier interés crematístico, lo hemos visto en diferentes oportunidades en estos últimos lustros, el ejemplo más cercano que se nos viene a la memoria es del filósofo Félix Cordero quien es el Director de la Escuela de formación del Poder Popular en el Estado Lara, en donde con seguridad se estaría produciendo o intentando producir al Hombre Nuevo cuyo espíritu se eleva Ad Infinitum, exaltando la igualdad absoluta, en donde todos los seres humanos en edad laboral, deberíamos ganar lo mismo, independientemente de su grado de instrucción, formación o desempeño, por lo cual se pregunta ¿Por qué un profesor graduado con Postgrado en una especialización de tal o cual materia, debería ganar más que un obrero, eso no es justo, todos somos iguales, por lo que es evidente, que deberíamos tener el mismo salario.
Así mismo, este formador del Poder popular nos asombre con su profundo conocimiento antropomórfico, al responder a una pregunta de la periodista en el programa Diálogo Abierto, hablando sobre la pobreza y el hambre, en donde la periodista le hace una observación de que a diario se observa gente comiendo de la basura o esperando el cierre de los “Grandes restaurantes” para hacerse de las sobras del día, ante lo cual expresó El filósofo, que “hay que eliminar los grandes restaurantes, porque esa desigualdad es la que genera la pobreza”.
Ante esa conclusión del expositor de marras, podríamos concluir que, no tiene sentido que existan los vehículos ya que es injusto que unos individuos anden con un carro de ocho o seis cilindros y otros con uno de cuatro cilindros, todos somos iguales y esa desigualdad, como las cilindradas, el año, la marca del carro, produce y genera la pobreza, todos al ser iguales, exactamente iguales, deberíamos andar o bien en un Lada 4 cilindros, se recuerdan del Lada, aquel carrito que a duras penas pudo transitar por las calles de Venezuela por un muy breve periodo, antes de desaparecer para siempre, o todos usar el transporte público, eso sí, los autobuses deberían ser todos iguales, exactamente iguales.
Por otro lado, a cuenta de que unas personas habitan en un apartamento de 300 o 200 metros cuadrados y otras en uno de 50 o 60 metros cuadrados, eso no puede ser, esa desigualdad generada por el capitalismo depredador hay que eliminarla y construir únicamente apartamentos de una sola medida, exactamente iguales, para que podamos sentirnos satisfechos de que el hombre nuevo está llegando, ya la comida, los expendios, esa fajadera por estar mejor preparados para afrontar los retos del futuro y servir mejor a la familia y a la sociedad, va a quedar en el pasado, ya que el “yo” no importará más, de ahora en lo adelante no solo seremos iguales ante la Ley sino seremos iguales de verdad verdad, todos y cada uno de nosotros, viviremos igual, ganaremos lo mismo, comeremos lo mismo, bueno si hay comida, porque como dijo el procurador del Estado Vargas Pedro Rodríguez en una reunión con habitantes de ese Estado que reclamaban que tenían un mes sin recibir las cajas Clap, comento esto “Hay cosas más importantes que la comida” ante las miradas atónitas y quejas de los vecinos.
Así pues, vemos que la elevación del espíritu sobre la naturaleza para ponerla a su servicio y por sobre todas las cosas materiales, buscando siempre y a todo trance, la igualdad en el estricto sentido de la palabra, daría a luz a ese hombre maravilloso, plagado de virtudes de todo tipo y alejado de las necesidades mundanas a las que nos lleva el capitalismo depredador, el cual a la par del demonio, quiere que nuestra alma quede condenada Ad Infinitum.
miguelt585@gmail.com, @migueltruzman