OPINIÓN | Cruz de Mayo por María García de Fleury
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La fiesta de la cruz de mayo es una tradición muy arraigada en Venezuela y América Latina. Su origen esta en el Emperador Constantino quien en el año 312, cuando se preparaba una batalla muy importante al norte de Roma vio que en el cielo se le apareció la cruz de Cristo, y encima de ella unas palabras que decían «Con esta cruz vencerás».
Constantino hizo construir una cruz, la puso al frente de su ejército, ganándoles sin dificultad al ejército de Los Bárbaros. Luego le pidió a su madre Santa Elena que fuera a Jerusalén a buscar la cruz en la que murió Jesús de Nazaret. Y dicen que la encontró un tres de mayo del año 324.
La tradición es colocar un altar con una gran cruz en la puerta dela Iglesia, en los caminos, en las casas, con base al color rojo en representación a la sangre derramada por Cristo en la cruz. Y se adorna con distintos tipos de flores frescas, con cintas y papeles de colores. La gente canta al son de los instrumentos locales, llena el ambiente de alegría, buscando eliminarle a Jesús el dolor de su crucifixión.
Esta celebración que en muchas partes dura todo el mes de mayo se le ha agregado el velorio de la noche anterior. En esta fiesta de la Cruz de mayo, se rodea el altar, se reza por la prosperidad de las cosechas, por la salud de los enfermos, para alejar las epidemias que azotan en los campos, para protegerse del maligno, del diablo. Hay versos que anuncian los cantos y se reza un rosario.
Esta celebración religioso-católica de la Cruz de mayo está presente en haciendas, pueblos, caseríos, sembradíos, ciudades y barrios. Su significado espiritual se pasa de generación en generación como un legado a la santidad del madero de la cruz de Jesús crucificado. Es un acto de reflexión, fe y petición de protección a Dios para el resto del año. Con cantos y alegrías porque se tiene la conciencia de que ¡Con Dios Siempre ganamos!
