Operadora del buque varado en Mauricio donará $9.4 millones al país
EFE
La compañía japonesa operadora del carguero que causó un vertido de petróleo en la costa de Mauricio anunció este jueves que aportará 1.000 millones de yenes (7,9 millones de euros/9,4 millones de dólares) para la limpieza y recuperación de las zonas afectadas por el desastre ecológico.
La compañía, Mitsui OSK Lines, se comprometió de esta forma a «contribuir a largo plazo al medio ambiente y a la sociedad de Mauricio» en cooperación con expertos y organizaciones sobre el terreno, así como con el Gobierno de Japón, según dijo este viernes en un comunicado.
La empresa ha enviado además a trece de sus empleados y equipamiento logístico y de transporte a Mauricio, y colaborará con el plan de restauración y protección de los ecosistemas afectados por el vertido de crudo, considerado uno de los peores desastres ecológicos de la historia del país insular ubicado en el Índico.
La citada cantidad se aportará «a lo largo de varios años» al Gobierno de Mauricio, a ONG locales y a organizaciones internacionales de protección medioambiental que trabajan en al zona, y se suma a la asistencia prometida por el Gobierno de Japón por el accidente y cuya cuantía no ha sido detallada por Tokio.
El carguero MV Wakashio, de bandera panameña pero propiedad de la naviera nipona Nagashiki Shipping y operado por Mitsui OSK Lines, encalló el pasado 25 de julio en los arrecifes de Pointe-d’Esny, en el sureste de Mauricio.
El MV Wakashio, que viajaba de China rumbo a Brasil, no transportaba carga, pero se estima que llevaba más de 200 toneladas de diésel y 3.800 de fuel para consumo propio, y de ellas derramó más de mil toneladas de crudo tras pasar más de una semana embarrancado.
Las autoridades de Mauricio continúan tratando de remolcar el buque, que se partió en dos y cuya popa continúa varada en los arrecifes, e intentando vaciar la carga de combustible que aún contiene.
Durante estas operaciones, se produjo a comienzos de mes el choque entre uno de los remolcadores del Wakashio y una nave de la Guardia Costera mauriciana que causó la muerte de tres tripulantes y la desaparición de otro.
Todavía se desconoce si el accidente que provocó el vertido se debió a un fallo mecánico o a un error humano, dada la cercanía a la costa con que navegaba la embarcación, de unos 300 metros de eslora.
La propietaria del carguero, Nagasaki Shipping, se ha mostrado por su parte dispuesta a asumir su posible responsabilidad legal por el incidente, mientras que el Gobierno de Mauricio ha anunciado su intención de reclamar una compensación por el mismo.
La zona del derrame es una región de arrecifes de coral -que llevaban unos 15 años rehabilitándose-, rica en diversidad marina y terrestre, con importantes reservas naturales a pocos kilómetros.
Este desastre medioambiental representa un duro golpe para la economía de Mauricio, isla de poco más de un millón de habitantes situada en el océano Índico y muy dependiente del turismo.