OPEP confía en una demanda fuerte para que suban los precios del crudo
Viena, Austria | AFP | Los países de la OPEP necesitan una subida de los precios del petróleo, y para ello confían más en el vigor de la demanda mundial que en un improbable recorte de la producción, según señalaron el jueves en vísperas de su reunión ministerial.
Al menos cinco países manifestaron su deseo de unos precios más elevados, durante el seminario de dos días organizado en Viena por el cártel antes de la reunión ministerial del viernes, en la que han de decidir su techo oficial de producción.
Angola dijo el martes que le convendría un barril a 80 dólares, Venezuela e Irak abogaron por una horquilla de entre 75 y 80 USD, y Kuwait dijo que necesita un barril a 77 dólares para no incurrir en un déficit fiscal.
El ministro ecuatoriano de Hidrocarburos, Pedro Merizalde, aseguró que «todos, no sólo Ecuador», consideran que el nivel actual de precios no es el deseado, aunque no formuló ninguna cifra.
Sin embargo, la época en que podía influir por sí sola en el mercado quedó atrás para la OPEP, que hace 35 años bombeaba la mitad del crudo mundial y ahora sólo el 30%.
Los 12 países miembros tienen asumida esta evolución, y durante el seminario varios representates subrayaron que habrá que confiar en el vigor de la demanda mundial para que los precios vuelvan a subir a niveles más convenientes.
«La demanda de energía va a seguir creciendo, a medida que la economía crezca», dijo este jueves ante sus colegas y grandes empresarios del sector el ministro kuwaití del Petróleo, Ali al Omair.
A corto plazo, «parece que volvemos a un crecimiento interanual de la demanda de en torno a 1 millón de barriles diarios», coincidió el director ejecutivo de la petrolera ConocoPhillips, Ryan Lance.
«El incremento de población, el aumento de los niveles de desarrollo de los países y el crecimiento de las industrias apuntan a una cosa: una mayor demanda energética en todo el planeta de forma drástica en el 2040», dijo Merizalde, recogiendo un sentir generalizado.
De aquí a 2040, la Organización de Países Exportadores de Petróleo vaticina un aumento de la demanda global de energía del 60%.
El cártel tiene asumido que el boom de los petróleos no convencionales, empezando por el de esquisto en Estados Unidos, un importante factor de presión a la baja, es «un fenómeno que va a seguir con nosotros», como dijo su secretario general, Abdalá el Badri.
Pero con su política de producir mucho, los países del cártel propician al mismo tiempo un contexto de petróleo barato, que favorece el consumo.
La OPEP espera además que en 2040, las energías fósiles (gas, petróleo y carbón) cubran casi el 80% de la demanda.
En ese sentido, el ministro catarí de Energía, Mohamed al Sada, proclamó este jueves que a pesar de las renovables y las exigencias regulatorias para combatir el cambio climático, al petróleo le queda larga vida.
«Las energías fósiles seguirán siendo la piedra angular de la ecuación energética en las próximas décadas», aseveró.
Sin alternativa a la vista
En su reunión del viernes, los 12 ministros deberán decidir si mantienen en 30 millones de barriles diarios su techo de producción, que en la práctica es superior (31,2 mbd en abril, según la Agencia Internacional de la Energía).
Los numerosos analistas consultados por la AFP esperan todos que el cártel mantenga su tope, en vigor desde fines de 2011.
La Organización quiere a toda costa proteger sus partes de mercado frente a una industria del petróleo de esquisto muy reactiva, que ha logrado en Estados Unidos reducir su umbral de rentabilidad a entre 60 y 65 dólares el barril, el nivel actual de las cotizaciones, según el analista Abhishek Deshpande, de Natixis.
Ante esto, el cártel no tiene más remedio que mantener una producción alta, si no quiere perder todavía más su influencia respecto a Estados Unidos o Rusia, que es el mayor productor mundial, afirma Jasper Lawler, de CMC Markets.
«Los países que dominan la toma de decisiones en la OPEP han entendido que si recortan su producción, aquellos que tienen mayores costes, como los del petróleo de esquisto norteamericano, aprovecharán los precios más altos para aumentar su propia producción», sostiene Lawler.