ONU adopta nuevas medidas contra las armas de destrucción masiva - 800Noticias
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EFE

La ONU dio hoy un paso más para evitar que las armas de destrucción masiva caigan en manos de grupos terroristas al aprobar nuevas medidas para hacer frente a la amenaza de una enorme tragedia colectiva.

«Vivimos en un mundo con un exceso de armas», afirmó el vicesecretario general de la ONU, Jan Eliasson, en una reunión del Consejo de Seguridad presidida por España y convocada para analizar esta amenaza.

En la reunión se aprobó por unanimidad la resolución 2325, que actualiza medidas adoptadas en 2004 y que buscan evitar que los grupos terroristas y otros actores no estatales puedan hacerse con armas de destrucción masiva.

Eliasson destacó las acciones que han venido aprobándose en distintos foros internacionales, incluida la ONU, para hacer frente al uso de armas de destrucción masiva (nucleares, químicas o biológicas) de parte de grupos terroristas y actores no estatales.

Siria e Irak, por ejemplo, han sido escenarios donde grupos terroristas han usado armas químicas para controlar territorios o castigar a quienes se levantan contra ellos.

«Los avances científicos han reducido las barreras en la producción de armas biológicas», afirmó Eliasson. «Debemos ser conscientes del creciente nexo entre las armas de destrucción masiva, el terrorismo y la seguridad», insistió.

El número dos de la ONU recordó que actores no estatales ya tienen la capacidad para abusar de las tecnologías informáticas con el fin de crear perturbaciones masivas.

«Está aumentando la pesadilla de un escenario en el que se piratea una planta de energía nuclear, causando una radiación incontrolada», agregó Eliasson.

Ante estas amenazas, el Consejo decidió dar nuevos pasos para hacer frente a esta amenazan, y actualizó la resolución 1540, aprobada en 2004 sobre este tema y que ha quedado desfasada.

El texto, que fue preparado por España y respaldado por más de setenta naciones, subraya la necesidad de «reforzar» las medidas nacionales de control de materiales relacionados con armas nucleares, químicas y biológicas.

También llama a todos los Estados miembros a tener en cuenta los «rápidos avances en ciencia y tecnología» que afectan a todo ese ámbito.

Además, pide a los Gobiernos más esfuerzos para lograr una implementación completa de la 1540, que impone a los Estados la obligación de adoptar leyes para prevenir la proliferación de armas de destrucción masiva y de establecer controles adecuados para evitar su tráfico ilícito.

La nueva resolución contiene también toda una serie de recomendaciones sobre el trabajo del comité del Consejo de Seguridad que se ocupa de vigilar la aplicación de la 1540 y que actualmente preside por el embajador español, Román Oyarzun.

Según Eliasson, se trata de una resolución que representa una «revisión completa» para fortalecer la capacidad de los estados frente a esta amenaza, sobre todo porque, dijo, se está hablando de «una amenaza para nuestra seguridad colectiva».

«Debemos sacar ventaja de cualquier oportunidad para fortalecer nuestras defensas colectivas», añadió, pero también aclaró: «No hay manos acertadas para armas malas; todas las armas de destrucción masiva son, sencillamente, injustas».

La reunión estuvo encabezada por el ministro español de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, cuyo país preside este mes el Consejo de Seguridad de la ONU y ha venido insistiendo en la necesidad de poner de acuerdo a la comunidad internacional en este tema.

«Es imprescindible extremar la vigilancia para no tener que revivir los horrores indecibles que causa el empleo de las armas de destrucción masiva», afirmó Dastis.

«Nos inquieta que actores no estatales y organizaciones terroristas puedan acceder a este tipo de armas. Si las poseen, las utilizarán, y lo hemos comprobado en Siria e Irak», agregó.

El ministro español pidió a la comunidad internacional que sea especialmente vigilante ante las acciones de grupos terroristas porque, añadió, «su barbarie no conoce límites».

El ministro español hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que, más allá de la resolución adoptada hoy, se observe escrupulosamente el cumplimiento de lo adoptado.

«Esta resolución quedará en papel mojado sin el compromiso firme y activo de todos nosotros», advirtió. «No nos podemos permitir la inacción», insistió Dastis.

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