Olade: Precios del crudo deberían tender a estabilizarse en contratos a junio
EFE
Los precios del petróleo, que este lunes sufrieron un desplome histórico, deberían tender a estabilizarse, debido a que desde este martes se abren los contratos a futuro de junio, opinó la Organización Latinoamericana de Energía (Olade), con sede en Quito.
Esa percepción se justifica en el hecho de que empezaría a regir el recorte de 10 millones de barriles de crudo fijada por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y otros proveedores, añadió la Olade.
«A partir del 21 de abril se abren los contratos de junio que tienen otra perspectiva, porque ahí empezaría a regir el recorte de la OPEP» y, por lo tanto, «el precio debería tender a estabilizarse», remarcó el estudio elaborado por Alfonso Blanco, secretario ejecutivo de Olade, y Andrés Schuschny, director de estudios de la Organización.
Según el estudio, un indicador que advierte de la probable estabilización es que los precios futuros a junio se encuentran en un rango mayor, hasta los 22 dólares por barril.
En los mercados de futuros este fenómeno se denomina «Super Contango», que se presenta cuando los precios de los contratos de corto plazo (spot) son inferiores al valor a futuro.
Esa diferencia o «spread» -precisa el estudio- «no puede explicarse únicamente por los costos de almacenamiento o financieros, sino que actúan otros factores que inciden en un desequilibrio entre la oferta y la demanda».
Además, los investigadores coincidieron al analizar que el sector petrolero presenció este lunes un acontecimiento histórico, ya que por primera vez los precios cotizaron con valores negativos por debajo de cero.
El barril del petróleo de Texas (WTI), que sirve de referencia en Estados Unidos, cerró el lunes en -37 dólares el barril.
Ello significa, precisa el informe de Olade, que los agentes del mercado que pretendían vender contratos de futuro, tenían la voluntad de pagar un precio para desprenderse del crudo, a falta de sitios de almacenamiento.
Además, «actualmente se observa una drástica reducción de la demanda a niveles nunca vistos como consecuencia de la interrupción de la actividad económica a nivel internacional provocada por el coronavirus», apuntó la Organización Latinoamericana en el estudio.
Y es que «el transporte público de muchos países, la suspensión de la aeronavegación comercial a nivel global, la caída de la demanda de energía en el sector industrial y comercial y las cuarentenas que mantienen a las familias en sus hogares son responsables de la caída de la demanda de combustibles».
«A medida que la pandemia avanza los pronósticos de los analistas se vuelven cada vez más pesimistas», acotó la Olade al precisar que la Agencia Internacional de Energía, en su último informe, estima que abril finalizará con una reducción en la demanda de 29 millones de barriles diarios.
El problema de fondo es que los recortes acordados por la OPEP representan sólo 10 millones de barriles para mayo y junio y, en un escenario optimista, podría ampliarse a unos 15 millones por la caída de la producción de aquellos países que no formaron parte del pacto.
«La velocidad en la que cae la demanda respecto a la oferta, es lo que hace que los precios no sólo no hayan podido recuperarse tras el anuncio del organismo, sino que continúen en una profunda caída», agregó la Organización.
A ello se suma que la capacidad de almacenamiento de crudo comienza a escasear y, por lo tanto, muchos operadores estarían dispuestos a desprenderse del mismo, lo que podría generar esta «construcción de precios negativos», anotaron los investigadores.
Esto no significa que el precio real del petróleo sea de -37 dólares, sino que es el resultado de una particular coyuntura del mercado», apostilló la Olade, una organización de cooperación y estudios de energía para América Latina y el Caribe.