OIEA denuncia presiones rusas al personal que opera Zaporiyia
EFE
El personal (ucraniano) que opera la planta de Zaporiyia, la mayor de Europa y ocupada por Rusia, está siendo sometido «a una presión inaceptable», pues Moscú le exige que firme nuevos contratos de trabajo con la empresa rusa Rosatom, denunció este jueves el director general del OIEA, Rafael Grossi.
Las dificultades para el personal de la planta de Zaporiyia (ZNPP) «se han intensificado esta semana», señala el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en un comunicado.
Recuerda que Grossi mantuvo hoy en Kiev una reunión «positiva y constructiva» con el residente ucraniano, Volodímir Zelenski, en la que se abordó la situación de ZNNP después de la anexión rusa del territorio donde se encuentra, en el sureste de Ucrania, y la apropiación de la central por parte de Moscú.
Ahora, los operarios de Zaporiyia «se enfrentan a la exigencia de firmar un nuevo contrato de trabajo con la empresa estatal rusa Rosatom para mantener sus puestos de trabajo, mientras que el operador nacional ucraniano Energoatom les insta a no hacerlo y a seguir sus instrucciones», explica la nota.
Grossi considera que de esta forma el personal de la planta «está sometido a una presión inaceptable», lo que puede tener «consecuencias potencialmente graves para la seguridad nuclear».
«Este es un momento especialmente peligroso para la seguridad y la protección de la ZNPP. El personal de la central se está viendo obligado a tomar una decisión enormemente difícil para ellos y sus seres queridos. La enorme presión a la que se enfrentan debe cesar», exigió Grossi, citado por el OIEA.
El director general de la agencia nuclear de la ONU insistió en que la situación supone un «impacto psicológico» en los trabajadores de Zaporiya que puede ser «perjudicial para la seguridad nuclear».
«Los últimos acontecimientos» suponen un riesgo mayor al «causar confusión» sobre la cadena de mando y control en la central, indica en alusión a la nacionalización rusa de la planta nuclear.
A su juicio, pueden tener «un impacto directo en varios de los siete pilares indispensables para la seguridad nuclear», entre los que se cuenta que los operadores de la planta puedan cumplir con sus deberes de seguridad y protección y tener la capacidad de tomar decisiones sin presiones indebidas», añade.
Otra de las exigencias para la seguridad que está en riesgo es la de garantizar que haya «comunicaciones fiables con el regulador y otros», prosigue el OIEA.
La agencia nuclear de la ONU lleva meses denunciando el peligro de accidente nuclear en la central de Zaporiyia debido a la situación creada por la ocupación rusa y porque la instalación se encuentra en una zona de guerra y ha sido objeto de numerosos explosiones y bombardeos.
Tras viajar a Kiev, donde en rueda de prensa dejó hoy claro que para el OIEA la planta de Zaporiyia sigue siendo ucraniana, Grossi mantendrá los próximos días consultas en Moscú sobre la difícil situación de esa central.