OEA cierra la Asamblea del nuevo diálogo entre Estados Unidos y Venezuela
EFE
La Organización de Estados Americanos (OEA) clausuró hoy su 46 Asamblea General, que será recordada por la reanudación del diálogo entre EE.UU. y Venezuela, sin embajadores desde 2010 y en tensión agravada desde 2015.
La asamblea, la cita anual de cancilleres de todos los países americanos menos Cuba, giró en torno al papel que deben jugar las naciones de la región en la crisis política y social de Venezuela, pese a que este tema no estaba en el programa oficial.
El encuentro, celebrado en la capital dominicana, tuvo un potente arranque con EE.UU. aumentando la presión sobre Venezuela al pedir por primera vez que el referendo revocatorio del mandato de Nicolás Maduro que promueve la oposición se celebre «a tiempo», es decir, este año.
El secretario de Estado, John Kerry, pidió a Caracas ante los 34 países de la OEA que «libere a los presos políticos, respete la libertad de expresión y de reunión, alivie la escasez de alimentos y medicinas y honre los propios mecanismos de la Constitución incluyendo un referendo revocatorio a tiempo».
Su intervención tuvo la inmediata contestación de la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, que dijo con sorna que «acaba de hablar el amo del mundo» y subrayó que su país «no necesita la limosna de nadie».
Contra todo pronóstico, pocas horas después Kerry y Rodríguez protagonizaban la «foto» de la asamblea: anunciaban un «diálogo inmediato» bilateral y el próximo viaje a Caracas del subsecretario del Departamento de Estado para Asuntos Políticos, Thomas Shannon.
«Shannon viajará primero allí y se reunirá con ellos otra vez, pero con una visión específica, con una agenda más completa que, espero, nos acercará a Delcy y a mí y que, de alguna manera, nos ayude a ir más allá de la vieja retórica. Y se lo dije tal cual», explicó Kerry tras el encuentro.
«Hay dos vías, y yo he especificado que continuaremos apoyando la de (el ex jefe del Gobierno español José Luis Rodríguez) Zapatero y los demás (exmandatarios) e intentar que funcione, pero también necesitamos trabajar sobre la vía bilateral (…) Espero que nos dé la capacidad de ayudar en la vía de Zapatero también. Francamente, no creo que sean excluyentes», precisó.
En mayo, Kerry dio su apoyo público a la iniciativa de diálogo en Venezuela que lidera la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y los exmandatarios Rodríguez Zapatero (España), Leonel Fernández (República Dominicana) y Martín Torrijos (Panamá).
Precisamente la segunda y última jornada de la Asamblea comenzó con el anuncio de la invitación de Venezuela a los tres exdignatarios para que expliquen el día 21 de junio su iniciativa de diálogo en una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA en su sede de Washington.
La misión de Venezuela se adelanta con este paso a la sesión convocada para el 23 de junio para debatir si la OEA aplica su Carta Democrática a Caracas, el instrumento jurídico al que ha recurrido el secretario general, Luis Almagro, para aumentar la presión internacional sobre el Gobierno de Nicolás Maduro.
De prosperar, el proceso gradual de la Carta podría llevar a gestiones diplomáticas, resoluciones o, en último lugar, a la suspensión de Venezuela del ente (24 votos de 34 cancilleres).
La sesión de los exmandatarios «es una contribución importante que se hace a la reunión del día 23. (…) Será fundamental para saber cuáles han sido los obstáculos que ha enfrentado la iniciativa, por qué aún no ha podido concretarse y cuáles serán los caminos para poder destrabar la situación», afirmó Almagro este miércoles en la rueda de prensa de clausura de la asamblea.
Preguntado por la reanudación del diálogo entre EE.UU. y Venezuela, dijo que ve «muy bien, de forma muy positiva», todos los acercamientos entre países americanos y se mostró «satisfecho» al respecto.
«Es un elemento más que agrega a los planteos que hemos realizado. Vemos este avance como una señal muy positiva para todos los pueblos del continente, espero que esta vez (el diálogo) pueda fructificar en una relación más vigorosa entre los dos países, basado en principios y valores fundamentales que comparten en el Sistema Interamericano», agregó.
Por otro lado, esta Asamblea de la OEA, tras 17 años de debates, aprobó una declaración sobre los derechos de los pueblos indígenas, similar a la de Naciones Unidas de 2007, que Almagro calificó de «hito histórico».
Especialmente importante para el país anfitrión fue el hecho de que se aprobara una declaración de desagravio a la República Dominicana, por el papel desempeñado por la OEA al dar el aval a la invasión del país en 1965 por el Ejército de Estados Unidos.
Por último, los países se comprometieron a continuar impulsando la lucha contra la corrupción en todas sus formas y fortalecer sus instituciones para el desarrollo sostenible en el continente, lema oficial del encuentro.