Obispos latinoamericanos piden prioridad para ayuda humanitaria a Venezuela
EFE
Los obispos latinoamericanos pidieron este jueves a los organismos internacionales volcar su ayuda para atender la «crisis humanitaria» que vive Venezuela, cuya situación política desató una fuerte ola de violencia.
«Hacemos un llamado a las organizaciones internacionales de ayuda humanitaria para que dirijan su acción y recursos de manera prioritaria hacia Venezuela», reza una misiva del Consejo Espiscopal Latinoamericano (Celam), reunido en San Salvador y encabezado por el cardenal colombiano Rubén Salazar Gómez.
Los clérigos, que desde el martes celebran la XXXVI Asamblea General de la Celam, se mostraron preocupados y dolidos por «el sufrimiento del pueblo venezolano, hasta llegar a padecer una auténtica crisis humanitaria».
También convocaron a los feligreses a poner en marcha iniciativas de caridad con los «hermanos venezolanos» y a pensar en maneras de hacerlas efectivas, y pidieron «que acojan fraternalmente a aquellos que están migrando hacia diversos países y les ofrezcan con generosidad condiciones de vida digna».
Los obispos urgieron al Gobierno y la oposición del país suramericano a que «se concreten urgentemente soluciones a la actual crisis por las vías constitucionales y salvaguardando los valores democráticos».
Desde hace más de un mes en Venezuela se desarrolla una ola de protestas y algunas de ellas han terminado en hechos de violencia que han dejado un saldo de al menos 39 muertos y centenares de heridos.
La crisis del país petrolero se acentuó desde abril pasado, cuando una sentencia del Tribunal Supremo de Justicia se arrogó los poderes del Parlamento, de mayoría opositora, lo que desató las protestas masivas que hoy día continúan, aunque el máximo tribunal revirtió parcialmente su medida.
Desde el pasado 4 de abril, la ONG Foro Penal Venezolano (FPV) ha registrado 1.991 detenciones de manifestantes, de los cuales 653 permanecen detenidas, y al menos otros 116 han sido presentados en tribunales militares, algo que ha sido condenado por la Organización de Estados Americanos (OEA) y otros organismos.
