Obispo nicaragüense pide detener intimidación y asedio contra periodistas
EFE
El obispo nicaragüense, Silvio Báez, pidió detener la intimidación y el asedio contra periodistas, en medio de la crisis sociopolítica que vive el país y que ha dejado cientos de muertos desde abril.
«Cuando los medios de comunicación no son respetados, cuando los periodistas son intimidados y asediados, en realidad quien sufre es la sociedad», razonó Báez, obispo auxiliar de Managua, tras ofrecer una misa y ser consultado por periodistas.
«Esta situación hay que detenerla, porque no le hace bien a nadie», exhortó el religioso, un crítico del presidente Daniel Ortega, cuyo Gobierno enfrenta protestas desde abril en las que han muerto cientos de personas.
El obispo, uno de los personajes más influyentes de Nicaragua, destacó que cuando los medios de comunicación están al servicio de la verdad «juegan un servicio insuperable, insustituible para la construcción de la sociedad».
El martes pasado, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) denunció un incremento de los ataques contra periodistas en Nicaragua y condenó «el ensañamiento del régimen contra los periodistas independientes que aprovecha cualquier situación para reprimir».
Varios movimientos sociales y organismos cívicos nicaragüenses han condenado la «represión» contra periodistas, en el marco de las protestas contra el Gobierno de Ortega.
Nicaragua vive una crisis social y política que ha generado protestas contra el Gobierno de Daniel Ortega y un balance de entre 325 y 545 muertos, según organismos de derechos humanos locales y extranjeros, mientras que el Ejecutivo cifra en 199 los fallecidos.
La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) han responsabilizado al Gobierno de «más de 300 muertos», así como de ejecuciones extrajudiciales, torturas, obstrucción a la atención médica, detenciones arbitrarias, secuestros y violencia sexual, entre otras violaciones a los Derechos Humanos.
Ortega ha negado las acusaciones y ha asegurado que se trata de un intento de «golpe de Estado».
Las manifestaciones contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, se iniciaron el 18 de abril pasado por unas fallidas reformas de la seguridad social y se convirtieron en una exigencia de renuncia del mandatario.