Nueva medida migratoria de EEUU va en contra de sus obligaciones - 800Noticias
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EFE

La nueva política migratoria con la que Estados Unidos espera frenar el flujo migratorio de centroamericanos va en contra de sus obligaciones internacionales al restringir fuertemente derechos y libertades básicas.

La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) criticó de esta forma la medida que implica que EE.UU. rechazará las peticiones de asilo de extranjeros que hayan pasado por un tercer país considerado seguro, sin que hayan presentado en éste una petición similar.

«Creemos que esta medida recorta excesivamente el derecho a pedir asilo, amenaza el derecho a no sufrir un retorno forzado y pone de forma excesiva el peso de la prueba en los solicitantes», dijo la portavoz de ACNUR, Liz Throssell.

La consecuencia de la política anunciada por el presidente Donald Trump será «poner en riesgo a las personas vulnerables que necesitan protección internacional y que huyen de sus países por razones que van desde la pobreza hasta la persecución».

Throssell recordó que la violencia generada por bandas juveniles, conocidas como «maras» en Centroamérica, llega a proporciones endémicas en ciertos países de la región.

En medio de esta polémica, ACNUR ha reconocido que el sistema de asilo estadounidense está bajo fuerte presión y que los países de la región no pueden sustraerse a su responsabilidad de compartir la carga que genera esta crisis migratoria.

En esta perspectiva lanzó hace tres semanas un llamamiento a los países latinoamericanos para que se reúnan con carácter de urgencia y acuerden una respuesta que sea coordinada y coherente, pero esta invocación ha sido desoída.

La medida migratoria de Trump recae en gran medida en la consideración como «seguros» de México o Guatemala, países de tránsito de los migrantes salvadoreños, hondureños y de otras nacionalidades, incluidos guatemaltecos, que intentan llegar a EE.UU.

Los expertos creen que este es su punto débil en caso de que la medida sea llevada a los tribunales estadounidenses, puesto que difícilmente puede considerarse a esos dos países como seguros para los migrantes.

Throssell lo reconoció a media voz cuando se le recordó que los migrantes que son devueltos por EE.UU. a México, mientras esperan que se procesen sus solicitudes de asilo, se encuentran en algunas de las regiones más peligrosas del país, como Nuevo Laredo en el estado de Tamaulipas.

«Nos preocupa porque algunas áreas a los que están siendo retornados los solicitantes de asilo son muy violentas en México, cuyas autoridades deben asistir y proteger a los retornados», dijo la portavoz.

Con ese fin sostuvo que se debería considerar trasladarlos a zonas más seguras en México mientras esperan la decisión sobre el asilo.

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