Novia de Khashoggi rompe el silencio y pide a la ONU investigar su asesinato
EFE
Hatice Cengiz, novia del periodista saudí Jamal Khashoggi, asesinado dentro del consulado de su país en Estambul, acudió hoy a la ONU para reclamar justicia y expresar su convicción de que no existe otro lugar fuera de esta organización capaz de realizar una investigación independiente sobre este crimen.
«En la investigación que Arabia Saudí dice estar llevando a cabo se han eliminado evidencias, así que no tiene legitimidad. La ONU es la única vía que queda», dijo Cengiz, cuya presencia coincide con la reunión del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra.
Invitada por la ONG «No hay paz sin justicia», con el auspicio del Gobierno de Canadá, Cengiz apoyó un informe sobre el asesinato de Khashoggi publicado la semana pasada por la relatora de la ONU sobre asesinatos selectivos y ejecuciones arbitrarias, Agnès Callamard.
Ese documento puso en evidencia la responsabilidad de las autoridades saudíes en este crimen, incluyendo la del príncipe heredero Mohamed bin Salman, que han respondido cuestionando la credibilidad de la investigación.
En cambio, para Cengiz «es el primer informe que deja claro cómo hay que proceder», en referencia a la recomendación que hace la relatora de que la ONU inicie una investigación internacional sobre la muerte hace nueve meses de Khashoggi, quien se había exiliado en Estados Unidos un año antes tras pasar a ser considerado un disidente en su país.
Cengiz, de origen turco, consideró que la ONU tiene ahora la responsabilidad de investigar de manera más profunda la muerte de su prometido y de que el informe de Callamard «no quede olvidado en alguna estantería».
«Si la ONU no investiga y no hay un seguimiento de este caso, quién podría hacerlo», se preguntó.
La novia del periodista recordó que tras las informaciones recogidas y reveladas por Turquía, y las conclusiones de Callamard «ya nadie puede negar que esto fue un crimen premeditado y no el resultado de un situación que se tornó incontrolable».
El periodista, quien tenía notoriedad por sus columnas en el distinguido diario The New York Times, había acudido al Consulado de Arabia Saudí en Estambul, donde vivía su novia, para realizar los trámites previos a su boda.
«Han pasado casi nueve meses y aunque existen evidencias de su muerte, de lo que sucedió, yo no he visto sus restos, así que a veces se me ocurre que está vivo, en algún lugar», dijo en el evento organizado en la sede europea de la ONU.
Cengiz confesó que hablar ante el público sobre lo que le ha sucedido y sobre su búsqueda de justicia se ha convertido para ella en una suerte de «terapia».
En el mismo evento, Callamard reveló que tomó la decisión de investigar estos hechos cuatro meses después del asesinato y de intentar «convencer» a otros estamentos de la ONU de que asumieran esta tarea.
«Como esto no ocurrió decidí hacerlo yo porque entraba en el mandato que me ha dado el Consejo de Derechos Humanos», explicó.
La experta indicó que lo ocurrido a Khashoggi se inscribe en una tendencia al alza de asesinatos selectivos de periodistas y activistas políticos, incluso de aquellos que están en el exilio.
«Los asesinatos extraterritoriales de periodistas y defensores de los derechos humanos en el exilio son preocupantes, y la gente que vive en el exilio por sus opiniones políticas ya no encuentra la seguridad que esperaba», comentó.
Esta situación se pone de manifiesto en las amenazas que reciben, incluso viviendo en un país lejano, en la vigilancia que sufren y en la interceptación de sus comunicaciones, detalló.
Callamard, quien presentará su informe ante el Consejo de Derechos Humanos este miércoles, sostuvo que esta situación tiene un impacto adicional porque al ser asesinatos extraterritoriales violan un principio fundamental de las relaciones entre los Estados.