No hay indicios del submarino perdido y se abre una crisis en el interior de la Armada
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En aguas del Atlántico Sur, donde siete buques despliegan toda su tecnología para trazar un mapa del fondo marino, en una búsqueda que no se suspende a pesar de las condiciones climáticas adversas, no surge un sólo indicio que indique al menos una aproximación del lugar donde podría encontrarse el submarino ARA San Juan. Pero aquí, a kilómetros de la base de operaciones, comienzan a hacerse evidentes los primeros coletazos políticos de la trágica desaparición del buque: el jefe de la base naval de Mar del Plata, sede del Comando de Submarinos de la Armada, pidió el pase a retiro.
El contralmirante Gabriel González elevó el pedido hace cuatro días, según informaron a este diario fuentes oficiales, y en estas horas el ministro de Defensa Oscar Aguad evalúa qué hacer.
El Gobierno, cómo público Clarín, había dejado trascender su enojo no sólo por el descenlace del San Juan sino por el manejo que le dio al caso la Armada, de hecho se abrieron cuarenta sumarios internos: fuentes oficiales llegaron a hablar de “negligencia”. Sin embargo se había resuelto esperar que se confirme la suerte del submarino y sus 44 tripulantes antes de relevar a la cúpula de la condución naval. Además del almirante Marcelo Hipólito Srur, al frente de la Armada, el relevo alcanzaría a otros jefes navales y casi con seguridad a la línea jerárquica de responsabilidad directa sobre las operaciones del submarino.
Pero el contralmirante González se anticipó y en tanto espera la respuesta del ministro Aguad, permanece en la base de submarinos que comanda. Es el enlace con los familiares de los tripulantes, quien le trasmite las novedades desde el primer día y ayer, cuando se cumplió el décimo día de la desaparición, volvió a ser el encargado de hablar con ellos para decirles que “no hay ningún tipo de indicio” sobre la ubicación del buque.
Hasta que puso en duda las siete llamadas satelitales fallidas de las que se habló durante las primeras horas de la búsqueda (“No hay clara evidencia”, había dicho contradiciendo a la Armada), González fue quien daba los partes informativos a prensa en Mar del Plata. Luego ocupó ese lugar el capitán de navío Gabriel Galeazzi.
Con los familiares al tanto de la falta de novedades en la búsqueda, luego el vocero de la Armada, ayer el capitán Enrique Balbi, reveló en el Edificio Libertad los detalles de las operaciones en el Atlántico Sur. Explicó que la zona de búsqueda se redujo bsándose en la última comunicación del submarino, en la mañana del 15 de noviembre, y el punto desde donde surgió el sonido que se identificó como una explosión, y descartó que la nave se encuentre en superficie “por la cantidad de esfuerzo que hubo en la zona”.
“La explosión es el último indicio que se tiene y hasta tanto no tengamos otro dato contundente vamos a estar en una arena de suposiciones”, dijo Balbi. “Estamos en un momento de esperanza y desesperanza”, admitió, cauto y equilibrado.
En la zona delimitada, donde se busca al San Juan, ayer había olas de tres metros y vientos muy fuertes. Aunque la búsqueda no se suspende, semejantes condiciones complican la operación: ayer no se pudo cargar la cápsula de rescate, un sofisticado mini submarino, al buque noruego Sophie Siem para que zarpara a las cuatro de la tarde de Comodoro Rivadavia, como estaba previsto; se cree que podría hacerlo hoy siempre que el clima mejore.
Balbi, ante las preguntas de los periodistas, descartó que el submarino haya sufrido un ataque externo y contó que “no tenía torpedos de ataque, con lo que hay que descartar que (la eventual explosión) haya ocurrido por armamento propio, y no hay indicios de un ataque externo”, y sobre las condiciones del San Juan, respondió que a todas las unidades se les hacen pruebas durante 48 horas antes de zarpar. Si las planillas no están aprobadas, no zarpa. No hay que asociar lo que pudo pasar durante la nevegación, como la avería, con si estaba o no en condiciones”.
El vocero de la Armada, la cara mediática del caso, aclaró que a los familiares en Mar del Plata se transmite “exactamente los indicios que vamos teniendo”.
Ayer, luego de oír las últimas novedades, casi en simultáneo con el parte del capitán Balbi, parientes y amigos de los marinos desaparecidos se movilizaron juntos hasta el puesto de guardia de la base.
Ocurrió que unas quinientas personas de Mar del Plata y de otros ciudades del país que se autoconvocaron a través de la redes sociales llegaron para darle su apoyo a los familiares, para decirles que “no están sólos”, que “los vamos a encontrar”.Se vivieron, otra vez, como todos estos días, momentos de alta emotividad.
Entonces, por primera vez, unos cincuenta familiares y amigos de los marinos recorrieron juntos los doscientos metros desde el edificio que los alberga hasta la entrada, donde después de cantar emocionados el himno, quebrados, se acercaron para recibir una palmada, una voz de aliento, un abrazo de esos vecinos desconocidos. Es una postal recurrente, de gente que sigue esperando respuestas.