Niño vendido por su padre terminó viviendo con una manada de lobos
Agencias
La historia de Marcos Rodríguez Pantoja es, por decirlo de alguna manera, extraordinaria. Si entendemos como extraordinario vivir 12 años con una manada de lobos. Pasó su infancia y adolescencia entre animales y viviendo en forma primitiva en Sierra Morena, España.
A Marcos e lo puede definir como un niño salvaje, ya que pasó gran parte de su infancia fuera de la sociedad. Y hasta podemos relacionarlo con el mítico personaje de ficción Tarzán, o la leyenda de Rómulo y Remo, los hermanos fundadores de Roma, amamantados por una loba. Pero éste es un caso real.
Marcos Rodríguez Pantoja nació el 7 de junio de 1946 en Añora, provincia de Córdoba, España. Emigró de muy pequeño junto a su familia a la capital, Madrid. Su madre falleció cuando él tenía 3 años, al poco tiempo de dar a luz a su octavo hijo. Su padre se volvió a casar, y la vida de Marcos no volvería a ser la misma.
Su padre lo vendió a los 6 años
Acababa de perder a la única persona que le daba amor. Y encima, la nueva esposa de su padre lo maltrataba y lo hostigaba. En la década de 1950 el matrimonio se instaló en la ciudad de Fuencaliente para dedicarse a la fabricación de carbón. Pero la vida del niño daría un giro brusco e inesperado.
A los seis años, luego de una infancia de padecimientos, su padre lo vendió a un pastor de cabras que se lo llevó a Sierra Morena para que trabajara junto a otro viejo pastor y cuidara de su rebaño durante el final de sus días. Sierra Morena es una agreste cordillera, de difícil acceso. La frontera natural entre Andalucía y La Mancha.
Al poco tiempo el cabrero murió y Marcos se quedó solo en el monte. El niño logró sobrevivir gracias a las pocas habilidades que aprendió junto al viejo. Pero nunca intentó regresar a la sociedad. Claro, su único recuerdo era la indiferencia de su padre y el maltrato de su madrastra. Estaba más asustado de la gente que del mundo salvaje.
Una loba lo adoptó
Recién volvió a la sociedad en 1965, cuando la Guardia Civil española lo encontró y se lo llevó por la fuerza a Fuencaliente. Pero claro, había pasado 12 años viviendo como un animal. Sin hablar con personas, ni ir al colegio, ni disfrutar de las comodidades de la sociedad moderna. Estaba asustado.
Pero, ¿cómo logró sobrevivir este niño durante más de una década aislado de la sociedad? En la mayoría de las entrevistas concedidas, Marcos explica el papel crucial de una manada de lobos para que pudiera subsistir, que fue como su familia adoptiva.
“Un día me metí en una lobera a jugar con unos cachorritos que vivían allí y me quedé dormido. Cuando desperté, la loba estaba cortando carne de ciervo para los cachorros. Yo traté de quitarle un pedazo, porque también tenía hambre y me pegó un zarpazo”, le cuenta a la BBC.
Una serpiente como mascota
Y agrega: “Cuando terminó de alimentar a sus cachorros, me miró y me tiró un trozo de carne. No quería tocarlo porque pensé que me iría a atacar, pero me lo fue acercando con el hocico. Lo cogí, lo comí y ella se me acercó. Pensé que me iba a morder, pero sacó la lengua y me empezó a lamer. Después de eso, ya era uno más de la familia. Íbamos a todos lados juntos”.
Marcos había sido adoptado por una loba y aceptado por la manada. Con el tiempo aprendió a comunicarse con ellos a través de aullidos, a cazar y a despellejar a los animales para aprovechar su carne y también su piel. Era uno más y estableció un vínculo especial con los animales.
Además, tenía una serpiente como mascota. “Vivía conmigo en la cueva de una mina abandonada. La crié de pequeñita. Le había puesto unas ramitas para hacerle un nido y le daba leche de las cabras. Me seguía a todos lados y me protegía”, afirma Marcos.
Vivir 12 años aislado de la sociedad
Durante esos años los animales se convirtieron en su compañía y en su refugio. Y también en el único mundo que conoció. “Me sentía un hombre feliz porque tenía todo lo que quería, no conocía otra cosa. Yo me sentía solo cuando no sentía a los bichos, porque por la noche siempre hay un bicho que canta”, añade.
Pero a los 19 años todo eso terminó, y tuvo que cambiar un mundo por otro. Luego de que lo encontrara la Guardia Civil, Marcos fue reinsertado en la sociedad. Pasó un tiempo con monjas y sacerdotes que le enseñaron nuevamente a hablar, vestirse, comer con cubiertos y caminar erguido. “No sabía para donde tirar, sólo quería escaparme al monte”, recuerda sobre ese momento.
Pasó un tiempo internado en un hospital de Madrid, luego realizó el servicio militar y después trabajó en el rubro de la hotelería. Muchas veces se aprovecharon de él, fue engañado y estafado y hasta terminó en situación de calle. Pero al tiempo fue acogido por un policía retirado en el pequeño pueblo de Rante, Galicia.
Marcos continúa viviendo en tierras gallegas. En su casa de Rante lo primero que se ve es el dibujo de un lobo y la leyenda: “Quien me busca me encuentra … el niño de Sierra Morena”. Está claro que los 12 años de vida en el monte, entre animales y naturaleza, todavía están dentro suyo.
Actualmente tiene 75 años y acostumbra a dar entrevistas televisivas donde cuenta su historia con lujo de detalles. Además, su vida fue llevada a la pantalla grande en 2010, en la película “Entrelobos” dirigida por Gerardo Olivares. Y también, en 2012 el mismo director lanzó el documental “Marcos, el lobo solitario”.
Por: Clarín