Nicaragua celebró Viernes Santo con calcinada imagen de la Sangre de Cristo - 800Noticias
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EFE

 Los católicos de Nicaragua celebraron el Viernes Santo con un viacrucis virtual en la Catedral de Managua ante la presencia de la venerada imagen de la Sangre de Cristo, calcinada hace ocho meses en su capilla y que las autoridades eclesiásticas sostienen que se trató de un «acto terrorista».

«Cada Viernes Santo hemos acompañado del Colegio Teresiano hasta nuestra iglesia Catedral (en Managua) la preciosa, venerada y consagrada imagen de la Sangre de Cristo. Hoy, este año 2021, por razones muy especiales no podemos hacer ese tradicional recorrido», explicó el cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes, al iniciar la misa virtual.

«Nuestra imagen, calcinada, siempre nos acompaña, y allí, clavada esa imagen en la cruz que no pudo ser destruida» sigue haciendo «realidad aquella promesa del Señor: cuando sea levantado en alto, atraeré hacia mí todas las miradas», señaló Brenes, también arzobispo de la diócesis de Managua, Masaya y Carazo.

«Seguimos mirando a Jesús en esta preciosa imagen de la Sangre de Cristo», destacó el religioso.

El jerarca católico instó a los devotos de la Sangre de Cristo a «vivir este santo viacrucis de manera virtual».

«Por eso les invito a que de alma, vida y corazón nos dispongamos a vivir espiritualmente este santo ejercicio, que sintamos esa presencia amorosa del Señor», abogó.

LA SANGRE DE CRISTO Y LA COVID-19

La imagen de la Sangre de Cristo, una de las más veneradas de Nicaragua, y calcinada el 31 de julio de 2020 en su capilla en la Catedral de Managua en un incendio involuntario, según las autoridades, en un acto terrorista, de acuerdo con la Iglesia Católica, tiene 383 años de haber llegado a Managua.

De acuerdo con la Arquidiócesis de Managua y testigos, un desconocido, en una acción planificada, lanzó un artefacto que provocó el siniestro.

La Policía Nacional, dirigida por un consuegro del presidente Daniel Ortega, concluyó que el incendio fue causado por una veladora, tal como lo había adelantado la vicepresidenta y primera dama, Rosario Murillo, minutos después del suceso.

La quema de la imagen, con 383 años de historia y que representa a Jesús crucificado, estuvo precedida de una ola de profanaciones contra templos católicos en Nicaragua, lo cual despertó sospechas en los jerarcas y con ello se abrió otro capítulo de desencuentros con el gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

Traída desde Guatemala un 4 de julio de 1638, la imagen de la Sangre de Cristo, hecha de madera policromada y que fue enaltecida en un inicio como «El Señor de los Milagros», fue venerada por San Juan Pablo II en 1996, cuando se arrodilló y oró a sus pies, durante su segunda visita a este país centroamericano, de mayoría católica.

Durante la misa del Viernes Santo, el cardenal Brenes llamó a los nicaragüenses a no ser espectadores de la pasión de Cristo, sino meditar las tentaciones de su «viacrucis» personal «en este tiempo de dolor, enfermedad y pandemia por el coronavirus que nos ataca».

«Queremos vivir tu viacrucis y que toque profundamente nuestros corazones», instó.

En otros municipios de Nicaragua, el catolicismo celebró misas sin templos abarrotados por la pandemia de la covid-19, y en algunos lugares hubo procesiones que revivieron las últimas horas de vida de Jesucristo.

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