Netanyahu condena el ataque en el cruce a Jordania y llama a la unidad nacional
EFE- foto referencial
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, condenó este domingo el ataque a tiros que causó la muerte de tres civiles israelíes en Cisjordania ocupada esta mañana, y trató de contener la creciente polarización en el país al llamar a sus ciudadanos a unirse contra el «eje del mal» que lidera Irán.
«Es un día duro. Un terrorista despreciable asesinó a tres de nuestros ciudadanos a sangre fría en el Puente Allenby», el cruce fronterizo entre Cisjordania y Jordania, dijo el mandatario refiriéndose al ataque de esta mañana, cuyo autor fue abatido en el lugar de los hechos.
«Estamos rodeados de una ideología asesina liderada por el eje del mal de Irán», añadió, al mencionar el asesinato a finales de agosto por parte del grupo islamista Hamás de seis rehenes israelíes que mantenía cautivos en la Franja de Gaza desde octubre, así como el ataque con disparos palestino que dejó tres policías muertos el 1 de septiembre en Cisjordania ocupada.
«Los asesinos no distinguen entre nosotros, nos quieren asesinar a todos, hasta el último, (ya sea) de derecha o izquierda, laicos o religiosos, judíos y no judíos», recalcó, al asegurar que «lo que impide la destrucción» de Israel «es la fuerza del Estado y de las Fuerzas de Defensa».
«Cuando estamos juntos, nuestros enemigos no pueden dañarnos, por lo que su objetivo principal es dividirnos», aseguró, al afirmar que Hamás busca «librar una guerra psicológica contra las familias de los secuestrados y ejercer presión política interna y externa sobre el Gobierno».
Estas declaraciones llegan mientras crece la polarización entre la sociedad israelí, con un multitudinario movimiento de protesta que exige la salida del poder de Netanyahu -quien no ha admitido públicamente responsabilidad por el ataque de Hamás que desató la guerra- así como una tregua con Hamás que permita la liberación de los 97 rehenes que siguen en Gaza.
Anoche, más de 500.000 personas participaron en nuevas protestas en diferentes puntos de Israel, todas ellas exigiendo una tregua con Hamás a la que se ha negado rotundamente Netanyahu, alegando que no retirará a sus tropas de la frontera de Gaza con Egipto, como pide el grupo islamista para firmar un cese el fuego.
Las manifestaciones antigobierno se encontraban en su apoteosis justo antes de que Hamás perpetrara su ataque contra Israel el 7 de octubre, que desató la guerra y dejó unos 1.200 muertos y 251 secuestrados.
En ese momento, Netanyahu -quien enfrenta tres procesos de corrupción- y su coalición de derechas emprendieron una cruzada contra el sistema de Justicia que grandes sectores de la población -militares, intelectuales, empresarios, autoridades financieras, académicos e incluso la esfera internacional- rechazaron por considerar que representaba un jaque a la democracia.
Esta reforma judicial provocó un movimiento de protestas sin precedentes y su aprobación en el Parlamento sólo pudo detenerse con el estallido de la guerra.
Una investigación civil en curso sobre los errores de seguridad en Israel que permitieron el sorpresivo ataque islamista reveló que los jefes del Ejército y de inteligencia avisaron a Netanyhau en julio de 2023 de que Hamás interpretaba la profunda polarización por la reforma judicial como una «debilidad» social, militar e internacional, que facilitaba el ataque perpetrado en octubre.
Irán, el mayor enemigo de Israel, ha expresado solidaridad con Hamás, al igual que otras milicias proiraníes en Oriente Medio, como la Yihad Islámica en Gaza y Cisjordania ocupada, el grupo chií Hizbulá en Líbano, los hutíes rebeldes de Yemen, la Resistencia Islámica en Irak y otras milicias en Siria.
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