El crucero con el tobogán más grande del mundo
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Se quejaba David Foster Wallace de los cruceros en su libro Algo supuestamente divertido que no volveré a hacer, reflexionando sobre lo que parece casi una autoimposición de descansar y relajarse. Sin embargo, más de 20 millones de personas eligen pasar las vacaciones cada año en estas megaestructuras que son ciudades en sí mismos. De hecho, la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros estableció tras la pandemia varios pronósticos de su actividad para los próximos años, siendo el más optimista una recuperación con un número de pasajeros igual o superior a unos 29,7 millones (el número que viajó en 2019), y en el más pesimista, equivalente a unos 23,2 millones.
Sea como fuere, los cruceros tienen muchas particularidades en su propia psique, algunas mejores y otras peores. Algunas de ellas están relacionadas con errores de los propios viajeros, como puede ser omitir las excursiones a tierra o no comprar el paquete de bebidas; otras, más relacionadas con los detalles más oscuros o perturbadores de los propios cruceros (desapariciones, brotes víricos, etcétera), y las últimas tienen que ver con el lado más lúdico de estos barcos en cuestión: desde islas que pertenecen solo a la compañía Disney a toboganes imposibles, cada uno tiene su propia curiosidad.
Y hablando de toboganes, especialmente curioso es The Blaster, una de las atracciones del crucero Navigator of the Seas, de Royal Caribbean International. Mide 244 metros y está considerado el tobogán más largo del mundo. Tiene muchas inclinaciones y curvas y en realidad no es nada nuevo, fue instalado en febrero de 2019, y está dotado de impresionantes tramos transparentes, otros de colores que le dan cierto efecto psicodélico a la atracción, e incluso algunos en los que puedes observar el océano porque estás deslizándote a nivel del mar.
Está dotado de impresionantes tramos transparentes, otros de colores que le dan cierto efecto psicodélico a la atracción, e incluso algunos en los que puedes observar el océano porque estás deslizándote a nivel del mar
Para poder montar hay que pesar mínimos unos 50 kilos y máximo unos 180, así que hay bastante margen. Incluso pueden viajar dos personas juntas en la típica balsa hinchable. Además, tiene otro tobogán conocido como el Riptide, con una increíble curva que sale por uno de los extremos del barco, por lo que puedes observar el océano mientras te lanzas, así como el cielo. Y si no te gustan esta clase de atracciones, siempre puedes hacer otras cosas también muy típicas de los cruceros: ver tiendas, ir al teatro, broncearte al sol en la piscina, hacer ejercicio o ir al spa.
El viaje puede durar entre tres y siete días, todos salen desde Los Ángeles, y el más económico (es decir, el que dura cuatro días y tres noches) llega hasta Ensenada en Baja California (México), ciudad portuaria, y después vuelve a Los Ángeles.
Con información de El Confidencial.
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