Nadal, y su gran oportunidad, con Del Potro a la espera
EFE
Rafael Nadal cedió el pasado año en octavos de final cuando mejor se encontraba para luchar por su tercer Wimbledon. Este año vuelve a la segunda semana de este Grand Slam en una situación similar, y sin tener enfrente ahora a un temible sacador como el luxemburgués Gilles Muller, su verdugo en el 2017.
En aquel encuentro, ganado por Muller por 6-3, 6-4, 3-6, 4-6 y 15-13, Nadal conectó 23 saques directos, siete menos que Gilles, e incluso ganó más puntos que su adversario, 198 por 191. Pero no le sirvió.
El de Manacor vio entonces truncado su momento, cuando se encontraba en forma y con ilusiones reales, sobre todo después del «partidazo», como él mismo suele calificar su victoria anterior sobre el ruso Karem Khachanov.
En esta edición, el checo Jiri Vesely no parece de entrada, salvo sorpresa, un rival capaz de inquietar al ganador de 17 títulos individuales del Grand Slam, que mira de reojo lo que sucede un escalón superior, donde navega un temible Juan Martín del Potro, con quien puede cruzarse en cuartos de final.
El revés de «Delpo», cortado, raso, peinando la hierba, al que se ha tenido que adaptar el de Tandil tras las cuatro operaciones de muñeca que sufrió (entre las dos) y que combina con uno plano excelente a dos manos, hace estragos este año en Wimbledon.
De hecho, Nadal también pone énfasis en sus entrenamientos con Francis Roig, de ese revés que en hierba hace tanto daño, acertando con sus golpes a los conos que su técnico le coloca en las esquinas.
«Es una de las cosas buenas, después de tanta operación», dijo ‘Delpo’ sonriendo y sobre todo, sabiendo que está en los octavos de final sin ceder un set en tres partidos, como Nadal y Roger Federer, y que no le tiene miedo a la hierba inglesa donde alcanzó las semifinales en 2013.
Para ese duelo Nadal-Del Potro, ambos deben ganar este lunes. El español a Vesely al que ha derrotado en la única ocasión en la que se han visto las caras, en 2015 en Hamburgo (Alemania) sobre tierra batida, con victoria de Rafa por 6-4 y 7-6 (2).
Del Potro debe hacer lo propio con Gilles Simon, uno de los dos franceses en octavos (Gael Monfils) en esta ronda.
La «Torre de Tandil» se ha impuesto en cuatro de los siete duelos contra el galo y en tres de ellos sobre pasto: 2011 en Wimbledon; 2012 en los JJ.OO. de Londres, también en el All England Club, y el último hace dos años en Stuttgart. En estos tres, el argentino no cedió ni un solo set.
«Gilles es un rival que puede estar corriendo y corriendo, y fallar muy poco», dijo el argentino que apuntó que la clave para ganarle serán sus tiros y los golpes ganadores, y hacer de la contienda una pelea con «puntos cortos», es decir jugar al K.O.
«Estar en la segunda semana de un Grand Slam y sobre todo uno tan especial como este me pone muy contento», añadió Del Potro tras derrotar a otro francés, Benoit Paire.
«Cada partido será ahora de máximo nivel y lo que quiero es poder seguir avanzando, sabiendo que un mínimo margen de error en estas circunstancias puede ser fatal y por eso hay que estar atento», comentó el único argentino que se ha metido en la segunda semana de los seis que comenzaron.