Mujer salva un huevo roto al incubarlo en su sostén 35 días
Agencias
La señora Betsy Ross, de Visalia, de California, tiene tres hijos, pero aún así tuvo el tiempo y la paciencia necesaria para adoptar a uno emplumado. Un hijo adoptivo que nadie se imaginaría en tener, uno que ni siquiera había salido de su cascarón y necesitaba de cuidados especiales para vivir.
Betsy, su esposo e hijos, fueron al parque a jugar pickleball, cuando notaron que alguien había destruido los nidos de patos del lugar.
Fue algo muy triste de ver, pero después de revisar de cerca, se encontraron con algo que todavía estaba intacto, un huevo solitario.
Aunque parecía estar roto, porque tenía una pequeña grieta, el huevo no estaba goteando, entonces Betsy decidió hacer todo lo posible por salvarlo.
Inmediatamente recogió el huevo y lo llevó a casa, y empezó a realizar las investigaciones necesarias para comenzar su incubación.
Ella realmente no tenía esperanzas de salvarlo, pero debía intentarlo.
«No podía adquirir una incubadora, así que llamé a nuestro lugar de vida silvestre local, pero me dijeron que no tomaban huevos. Les pregunté si aceptarían el animal si lo incubaba, y ellos aceptaron».
Betsy decidió poner el huevo en su sostén para mantenerlo caliente y comenzó a investigar por Internet, cómo incubar un pato.
En la investigación descubrió que el huevo necesitaba calor y humedad, por lo que pensó que lo mejor era mantenerlo donde estaba.
«Los pechos sudan por el calor (asqueroso, lo sé). Todo lo que tenía que hacer entonces era rotar el huevo 4-5 veces al día. Lo llevé en mi sostén durante 35 días y dormí con él allí también. Soy una chica de talla grande, así que me queda justo entre el pecho», dijo Betsy.
La mujer estaba todo el tiempo con el huevo en su sostén, solo lo dejaba con su esposo por poco tiempo, cuando se bañaba.
Betsy, también comenzó a investigar acerca de qué hacer cuando un patito sale del cascarón, sus cuidados y todo lo necesario para la crianza. Ella aprendió que debía dejar de girar el huevo y que necesitaba mucha humedad, por lo que comenzó a crear un ambiente adecuado.
La mujer consiguió una lámpara, un recipiente de plástico, bolsas, un recipiente con agua, mucha cinta, e hizo una caja para incubar el huevo.
«A los 35 días, comencé a escuchar píos débiles y su pico empujaba la cubierta del huevo».
Betsy puso el huevo en la caja y esperó un día, pero algo parecía estar mal, así que la mujer decidió llamar al veterinario. Al parecer el patito estaba atrapado en la membrana del huevo, por lo que el veterinario le explicó que tenía que despegar lentamente la cáscara, evitando las venas y procurando que el pico del pequeño patito quedara donde pudiese respirar sin complicaciones.
Betsy quería que el pequeño patito evolucionara y pudiese tener una vida normal, por lo que no quería rendirse.
«Un día, nos despertamos y él estaba caminando. Con el tiempo, lo dejaba nadar en la bañera y en los charcos».
El patito no se despegaba de Betsy, incluso dormía con ella. También le hizo un pequeño transportín para poderlo llevar a todos lados.
El patito evolucionó y creció, convirtiéndose en un pato sano, Betsy decidió buscar un lugar donde estuviese cómodo y lo llevó a una granja cercana.
Ahora el huevo roto, criado en un sostén, es un adorable pato que disfruta felizmente de su vida, gracias al amor y paciencia de Betsy.
No hay nada que el amor y la dedicación no puedan lograr.