Mueren 21 personas tras una discusión que acabó en tiroteo durante boda en Afganistán
Kunduz, Afganistán | AFP | Al menos 21 personas murieron y 10 resultaron heridas en un tiroteo entre los invitados de una boda tras una disputa en el norte de Afganistán, anunciaron el lunes alas autoridades locales, una muestra de la débil situación de seguridad en el país.
El enfrentamiento, que a priori parecía más bien fruto de una disputa local que un conflicto entre las autoridades y los rebeldes talibanes, tuvo lugar el domingo por la noche en la provincia de Baghlan, dijo a la AFP Gulistan Qusani, jefe de la policía de distrito.
«Dos hombres armados discutieron durante la ceremonia en el distrito de Dé Salá. Cuando la discusión subió de tono, un responsable local disparó al aire» para calmar los ánimos, explicó el jefe policial.
Pero el efecto fue el contrario al deseado y «los dos campos comenzaron a tirotearse», agregó.
Todas las víctimas son hombres invitados a la boda de entre 14 y 60 años, añadió Qusani, que elevó a 21 el número de muertos desde un balance anterior que daba cuenta de 20.
Las autoridades locales enviaron a una delegación al lugar para investigar las circunstancias exactas del enfrentamiento, añadió el portavoz de la policía de Baghlan, Sultan Mohamad Ebadi.
Las bodas afganas, que pueden llegar a reunir a miles de personas, a veces terminan en incidentes o ajustes de cuentas mortales, fruto de las disputas entre facciones locales o por disparos de júbilo mal dirigidos, o a veces de ataques rebeldes contra las autoridades locales.
Estos hechos suelen darse sobre todo en las zonas más recónditas del país, golpeado por casi 40 años de conflicto y en el que el poder local se reparte aún entre milicias locales. La posesión de armas, además, sigue siendo habitual entre las familias.
El pasado diciembre, unos soldados afganos mataron a 17 mujeres y niños al lanzar por error disparos de mortero a la ceremonia de una boda en la provincia de Helmand (sur).
Conflicto nacional y rivalidades locales
En julio de 2012, un kamikaze cargado de explosivos mató en el norte del país a un influyente parlamentario afgano, exjefe de milicia, y a otras 16 personas durante una boda de una hija suya.
Los atentados suicidas son una de las armas preferidas de los rebeldes talibanes en su lucha contra Kabul y sus aliados de la OTAN.
El tiroteo del domingo en Baghlan se produce en un momento en el que Afganistán sigue desgarrado por el conflicto entre las autoridades y la insurgencia talibán, pero también por enfrentamientos regulares entre grupos armados y mafias locales, sobre todo en el campo, tradicionalmente poco controlado por el gobierno central de Kabul.
Este mes surgió una cierta esperanza de lograr la paz entre Kabul y los talibanes con una primera toma de contacto oficial entre las dos partes para conversaciones de paz.
Las autoridades afganas indicaron la semana pasada que preveían una nueva ronda de negociaciones esta semana, tal vez en China, influyente potencia regional, que cada vez aparece más como mediadora en este conflicto.
Estos encuentros no impiden a los talibanes, expulsados del poder a finales de 2001, intensificar sus operaciones sobre el terreno, tras más de 13 años de un conflicto del que los civiles siguen siendo las primeras víctimas.