Muere una bebé asfixiada por bombas lacrimógenas en Valencia - 800Noticias
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Con información de Efecto Cocuyo

Ana Pérez solo esperaba por unos medicamentos. Debía ser operada. Por eso estaba hospitalizada desde el 22 de abril, pero la madrugada del 4 de mayo murió repentinamente. Ella no padecía de ninguna patología que le comprometiera las vías respiratorias. Bastó que los gases lacrimógenos entraran a la sala de pediatría de la Ciudad Hospitalaria Doctor Enrique Tejera de Valencia (CHET) para que se asfixiara. Tenía dos meses de haber nacido.

La noche del martes 3 mayo se desató en la avenida Lisandro Alvarado, al sur de la capital carabobeña, una serie de hechos vandálicos y saqueos. Negocios aledaños al centro asistencial fueron atacados y desvalijados por bandas armadas. Ami Cambar, madre de la bebé, vio todo desde las rejas del centro asistencial. Observó cómo funcionarios de la Policía de Carabobo y de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) llegaron para impedir la acción. Pero además de haber llegado tarde, cuando los saqueos se habían consumado, lo hicieron disparando bombas lacrimógenas sin percatarse que muy cerca había personas en estado delicado de salud dentro del hospital.

En poco tiempo varios niños comenzaron a padecer complicaciones respiratorias. Ana fue una de ellas. Las enfermeras y doctores de guardia se alarmaron. Sabían de las consecuencias que ese incidente podía ocasionar. La bebé de dos meses no soportó la asfixia. Murió a las 4:00 am del miércoles, contó la madre este viernes, 5 de mayo.

Tenía hidrocefalia y espina bífida. Ya todo estaba en orden para que entrara a quirófano. Solo faltaba un equipo de laparotomía que la familia consiguió junto al resto de los insumos y medicamentos que les solicitaron. La cirugía por la que estaba internada desde el pasado 22 de abril se practicaría el martes 3 de mayo, un día antes de su muerte. “No entró a quirófano por falta de reactivos para dos exámenes”.

Cerca del mediodía del viernes Ami Cambar le insistía al personal de patología forense que tratara que el cuerpo de su hija no se descompusiera. “Las cavas están dañadas, pero como es una bebé pequeña la colocamos en el área de autopsias donde hay refrigeración”, le explicó el trabajador. Ya había transcurrido más de 48 horas de la muerte de la niña, cuya causa fue confirmada por el personal médico: paro respiratorio.

Cambar aseguró que otros dos niños estaban en estado crítico de salud por el mismo motivo. “Todo pasó porque un grupo de personas quiso saquear una panadería y una ferretería. Mi hija nunca sufrió de afecciones respiratorias. Ella no estaba hospitalizada por eso. Pido justicia”.

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