Muere niño migrante tras ser rescatado con su familia en el desierto de Arizona
EFE
Un niño migrante de 9 años, que se quedó sin agua en el desierto de Arizona (EE.UU.) cuando viajaba con su mamá y otro hermano, murió el pasado 17 de junio en un hospital de ese estado, informó este viernes la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
Las autoridades migratorias no identificaron a la víctima ni dieron a conocer su nacionalidad.
La madre del menor dijo a las autoridades que su hijo «no tenía problemas médicos previos y creía que el calor contribuyó a sus complicaciones médicas durante la caminata», según un comunicado de CBP.
La mujer pidió ayuda al servicio de emergencia de EE.UU. el pasado 15 de junio cuando se encontraba perdida con sus dos hijos menores en el desierto cerca a Tubac (Arizona).
En su llamada la mujer dijo que su hijo de 9 años estaba experimentando convulsiones.
Cerca de media hora después bomberos de Tubac y agentes de la Patrulla Fronteriza hallaron a la familia en un lugar remoto donde no podía aterrizar un helicóptero y de difícil acceso para una ambulancia.
El niño tuvo que ser cargado por los socorristas que iban a pie antes de poder ser transportado al Centro Médico del Noroeste en Sahuarita (Arizona).
Debido a su condición fue remitido el 16 de junio a un hospital en Mesa (Arizona), donde fue diagnosticado con una «falla multiorgánica y fue colocado en soporte vital».
Ese mismo día, la Patrulla Fronteriza informó al hospital que liberaba de su custodia al menor, su madre y su otro hermano.
El 17 de junio el pequeño falleció tras sucumbir a sus complicaciones médicas.
La madre migrante dijo a agentes de la Oficina de Responsabilidad Profesional de CBP que ella y sus hijos cruzaron a Estados Unidos con otro migrante desconocido la madrugada del 15 de junio.
CBP ha lanzado una campaña para advertir a los migrantes sobre las elevadas temperaturas en el desierto en el verano, que fácilmente superan los 100 grados fahrenheit (37 centígrados).
La muerte del menor ocurre después del deceso de la niña panameña Anadith Danay Reyes Álvarez, de 8 años y quien sufría de una anemia y un padecimiento cardiaco.
La pequeña murió el 17 de mayo bajo custodia de CBP en la instalación en Harlingen (Texas) destinada a retener migrantes con enfermedades contagiosas. EFE
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