Muere el espía francés que arrestó al terrorista venezolano «Carlos» - 800Noticias
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Agencias

El general francés Philippe Rondot, adscrito a los servicios de inteligencia de su país y que organizó en 1994 la detención en Sudán del terrorista de origen venezolano Illich Ramírez Sánchez, «Carlos», ha muerto a los 81 años de edad, informaron hoy los medios franceses.

El general Rondot, jubilado desde 2005, fue uno de los hombres clave de los servicios de inteligencia franceses en las últimas décadas, tanto en la Dirección General de la Seguridad Exterior (el espionaje exterior, dependiente del Ministerio de Defensa) como en la Dirección de Vigilancia del Territorio, dependiente del Ministerio del Interior.

Especialista en el mundo árabe, lideró durante casi veinte años la investigación que hizo posible el arresto de «Carlos» -también conocido como «El Chacal»- en Jartum en 1994 y su entrega a Francia el 15 de agosto de ese año.

Rondot logró convencer al régimen sudanés que encabezaba el islamista Hasan Turabi de que arrestase y entregase al terrorista cuando se hallaba en su territorio para ser operado de un testículo.

En una entrevista con el diario «Le Figaro» en 2006, Rondot reveló que un mes antes de detener a «Carlos» se cruzó con él de forma casual en un hotel de Jartum, lo que le permitió tomarle fotos y establecer un dossier con pruebas de que las autoridades sudanesas le cobijaban.

Tras amenazar al Gobierno de Sudán con sanciones de la ONU, el general dijo haber logrado el apoyó de las autoridades del país africano para montar el operativo de captura del terrorista, que cumple en una prisión francesa varias condenas a cadena perpetua.

«En el avión, cuando sobrevolaba El Cairo, llamé al Elíseo y a (el entonces ministro francés del Interior, Charles) Pasqua para decirles que le tenía», añadió el general en esa entrevista, que «Carlos» aportó como prueba para presentar una denuncia contra él por secuestro, que fue desestimada.

Hasta entonces, los franceses apenas conocían su nombre, y de su aspecto no se sabía nada más que una borrosa fotografía en blanco y negro.

«Ha muerto como siempre quiso vivir: en secreto», dijo a «Europe 1» su antiguo abogado, Éric Morain, que explicó que Rondot fue enterrado el sábado con la máxima discreción en la pequeña localidad de Flety, en el este de Francia.

Erudito y políglota, Rondot -que escribió varios libros sobre países de Oriente Medio- participó en las negociaciones para liberar a rehenes en Irak y en el Líbano, aunque siempre lamentó no haber podido salvar a los siete monjes trapenses asesinados por islamistas en el monasterio de Tihbirine, en Argelia, en 1996.

La inmaculada imagen de Rondot se emborronó después de su jubilación, en 2006, cuando apareció envuelto en el escándalo «Clearstream» que acabó con las ambiciones presidenciales del ex primer ministro Dominique de Villepin.

El general dijo que Villepin le había encargado investigar a personalidades, entre las que estaba su compañero de partido Nicolas Sarkozy, de la lista de beneficiarios de las «comisiones Clearstream», una supuesta trama de comisiones ilegales en contratos de armamento que acabó revelándose como un montaje. EFE

 

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