Morosidad, el reto para la administración del agua en Latinoamérica
EFE
Abatir la morosidad y lograr que los usuarios de los sistemas de agua potable paguen tarifas justas en las zonas rurales es uno de los retos más grandes que enfrenta el sector público en Latinoamérica, señaló Claudia Vera, coordinadora general del proyecto de agua y saneamiento para comunidades rurales e indígenas del Servicio Nacional de Agua y Saneamiento (Senasa) en Paraguay.
“El agua es gratis y es un derecho humano, pero hay un costo de electricidad, de mantenimiento de la cañería, de la tubería que se usa para llevar el agua a las casas y por eso tienen que aportar los usuarios”, explicó Claudia Vera.
El proyecto de Lazos de Agua, que está en marcha en cinco países de Latinoamérica, permite destinar 60 millones de dólares de inversión en comunidades rurales, indígenas y pequeñas ciudades de Paraguay.
“A través de Lazos de Agua llegamos a 109 comunidades y se han hecho 87 sistemas de abastecimiento de agua de perforaciones de pozos, la distribución a través de redes para que las comunidades rurales accedan al agua potable que también tienen una caseta de cloración para asegurar la calidad del agua”, comentó la coordinadora general del proyecto.
Claudia Vera detalló que, en las comunidades de la región occidental, donde hay poco acceso al agua, es donde se implementan mayores alternativas tecnológicas para la captación de agua de lluvia, mientras que, en la región oriental de Paraguay, la principal forma de captación de agua es a través de perforaciones de pozos.
“Si bien parece lógico o de sentido común, para mantener esto hay que tener un pago de tarifa y hay que hacer un cambio de comportamiento en las regiones rurales, muchos nos dicen: ‘para qué pago el agua si es gratis y es un derecho humano’, pero hay un costo que tienen que aportar los usuarios.
“En estas regiones la gente paga el equivalente a 2 dólares mensuales y tienen un uso casi ilimitado. Estamos tratando que la gente pague una tarifa para que sea sostenible y también incentivamos al uso de micro medidor. El que consume más debe pagar más, es una política equitativa», consideró.
Añadió que Paraguay es un país agrícola y ganadero, en el que si los productores no usan el micro medidor en los cultivos entonces están haciendo un uso indiscriminado del agua tratada y, «por otro lado, tenemos una población vulnerable, una anciana, una jubilada que también está pagando dos dólares, pero consume mucho menos”.
En las reuniones de trabajo de las juntas de saneamiento la constante eran las quejas por las dificultades para cobrar a los morosos y la urgencia por tener tarifas equitativas, lo que los llevó a promover el uso del micro medidor y la implementación de estrategias de arte social.
“Se empezó a tocar este tema del pago de la tarifa, de la importancia a través de obras de teatro y de murales que ayudaron a empoderar a la comunidad, murales muy bonitos que ayudaron a que la gente se sienta orgullosa de haberlo hecho porque es un trabajo integrado entre jóvenes, adultos y adultos mayores», manifestó.
Por último, Vera subrayó que a través de estas iniciativas la gente iba a tomarse fotos en esos murales e interactuar con las diversas propuestas para concientizar a la población y «de pronto empezó a subir la incidencia de pago”. EFE
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