Monseñor Mario Moronta: «El diálogo no es entre sordos»
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El obispo de San Cristóbal, Monseñor Mario Moronta, reelegido recientemente como primer vicepresidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, hasta 2025, sostiene que la iglesia católica estaría abierta a ayudar «sin condicionamientos» en cualquier consenso que conduzca a la paz de Venezuela.
En entrevista para el Diario La Nación, el obispo recalcó que «lo primero que hay que hacer es promover la cultura del encuentro: solo así se podrá escuchar y dialogar. Pero, también desde la CEV hemos dejado claro que el diálogo no es ni entre sordos, ni solo entre los políticos, cualquiera sea su condición. El diálogo y las negociaciones deben incluir a los gremios, a las universidades, a los empresarios de todo tipo (incluyendo los del campo), a los estudiantes, a los dirigentes populares»
Por otra parte destacó que «el diálogo no puede ser ni exclusivo ni excluyente. Todos deben oírse y respetarse… eso supone no ofender ni insultar a nadie, aunque piense diversamente… Y luego, dar pasos para lograr consensos. El oficialismo debe renunciar a la imposición de un sistema que no es del todo aceptable; la oposición debe renunciar a sus pretensiones de poder… lo importante es la gente y el pueblo».
Al ser consultado sobre la situación económica que atraviesa el país, opinó que se necesita más inversión social: la educación, la salud y los servicios públicos deben ser más favorecidos. «Debe (el Estado) tomar conciencia de que está al servicio del pueblo y permitir que ejerza su protagonismo auténtico, sin imposiciones».
No obstante, la autoridad religiosa identifico signos positivos que podrían aportar luz y esperanza a la situación actual del país. «uno de ellos es la solidaridad de la misma gente, que no ha desestimado ayudar a los más necesitados de todo tipo. Esto se encuentra muy en la línea de lo que nos pide el papa Francisco. En segundo lugar, no solo en lo religioso, sino en lo social y ciudadano, están apareciendo manifestaciones de cómo el verdadero sujeto es el mismo pueblo. Considero que se está creciendo en la mentalidad de participación, aunque es verdad que hay mucho por hacer. Y, dentro de esto, la misma acción de la Iglesia que la realiza con sus miembros desde el ejercicio de su servicio a la gente y el sentido de pertenencia al mismo pueblo al cual dedica su servicio».
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