Mónica Lewinsky resucita en televisión el escándalo presidencial con Clinton - 800Noticias
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EFE

Más de dos décadas después del escándalo que desembocó en el juicio político del presidente Bill Clinton, la exbecaria de la Casa Blanca Mónica Lewinsky decidió resucitar el caso que marcó su vida con su participación en la producción de una serie de televisión sobre el sonado adulterio presidencial.

La cadena de televisión FX anunció que la cuarta temporada de su serie «American Crime Story», ganadora de varios Emmy, tendrá como tema la relación sexual entre Lewinsky y Clinton, y se titulará «Impeachment».

La gran novedad es que la propia Lewinsky, como parte del equipo de producción, podrá tener cierto control sobre el relato de la historia.

En el elenco anunciado Beanie Feldstein hará el papel de Lewinsky, y Sarah Paulson encarnará a Linda Tripp, quien fuera amiga íntima de Lewinsky y terminó traicionándola al revelar la relación oculta de la joven con Clinton.

Y Annaleigh Ashford hará el papel de Paula Jones, quien para ese entonces había iniciado una querella judicial por acoso sexual contra Clinton.

Todavía no se han anunciado los artistas que harán los otros papeles protagonistas, como el del presidente Clinton o el de su esposa, Hillary.

El guión se elaboró sobre el libro de Jeffrey Toobin «A Vast Conspiracy: The Real Story of the Sex Scandal that Narly Brought Down a President».

«American Crime Story se ha convertido en un fenómeno cultural que da un contexto más amplio para historias que merecen una comprensión más profunda», señaló en un comunicado el presidente de FX, John Landgraf.

«Esta serie reexamina algunas de las situaciones más complicadas y polarizantes de la historia reciente de una manera relevante, matizada e interesante», añadió el directivo, que aseguró que «‘Impeachment’ pondrá el foco en «las mujeres que se vieron envueltas en el escándalo y la guerra política que arrojó una larga sombra sobre la presidencia de Clinton», sin llegar a su destitución.

De hecho, no fue exactamente la relación adúltera de Clinton con Lewinsky lo que causó el enjuiciamiento político del presidente en el Congreso, sino el hecho de que Clinton mintió, bajo juramento, en sus declaraciones a los investigadores sobre este caso.

El amorío clandestino comenzó en 1995 cuando Lewinsky, entonces de 22 años, llegó a la Casa Blanca como becaria y conoció a Clinton, entonces de 49 años. La relación continuó hasta 1997.

Lewinsky confió sus secretos a Tripp, con quien trabajaba en el Departamento de Defensa, y quien grabó en secreto las conversaciones telefónicas.

Tripp le pasó el material al fiscal independiente Kenneth Starr, quien investigaba a Clinton por otros asuntos, y fue en el curso de esta investigación que el gobernante cometió el perjurio.

En julio de 1998 los abogados de Lewinsky y Starr llegaron a un acuerdo de inmunidad bajo el cual la joven dio testimonio acerca de su relación con Clinton, pero quedó obligada a no hablar del caso por un período determinado.

Toda la turbulencia política y los detalles escandalosos dejaron a Lewinsky como una mujer marcada y humillada, perseguida por los paparazzi, tema recurrente para los comediantes, y comidilla de la prensa sensacionalista.

En declaraciones a la revista Vanity Fair, Lewinsky dijo que inicialmente tuvo dudas y estaba «un poco asustada de firmar el contrato» para la serie.

«Pero después de una larga cena y conversación con Ryan (Murphy, el productor) entendí más claramente cuán dedicado está el a dar una voz a los marginados en todo su trabajo, agregó».

«Hay gente que ha estado apropiándose y contando mi parte de esta historia durante décadas (…) De hecho no fue sino hasta los años más recientes que yo he podido reclamar plenamente mi historia, casi 20 años más tarde», aseguró la exbecaria de la Casa Blanca.

«La oportunidad de producir la serie permite que las personas como yo, que han sido históricamente silenciadas, finalmente reintroduzcan su voz en la conversación», apuntó Lewinsky.

En 2006, a los 33 años, Lewinsky se graduó de un master en psicología social de la Escuela de Economía de Londres, y su tesis se tituló «En busca del jurado imparcial: Una exploración del efecto sobre la tercera persona y la publicidad previa al juicio».

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