Miguel Rodríguez Torres: Artífice de la «inteligencia» del chavismo acaba preso en la era Maduro
EFE
El camino político del mayor general Miguel Rodríguez Torres, hombre fuerte de la era de Hugo Chávez, líder de la reconfiguración de los servicios de inteligencia del gobierno socialista y visto por años como el cerebro de la represión opositora, dio un giro este martes al ser detenido liderando la disidencia.
La mano que movió por años la policía política venezolana fue detenido en un hotel de Caracas por media docena de agentes armados del mismo organismo que el mismo fundó, incurso según fuentes oficiales en «conjuras y complots» contra la Fuerza Armada y «actos armados y conspiraciones» contra la Constitución.
El militar retirado de 54 años fue distinguido con honores en la Academia del Ejército y miembro de la Guardia de Honor Presidencial en su juventud, sin embargo fue su participación en el fallido golpe de Estado, junto al fallecido Hugo Chávez, el que lo convirtió en uno de los hombres de confianza del líder de la llamada «revolución bolivariana».
Rodríguez Torres escaló en el poder cuando Chávez, convertido en presidente, le encomendó la reingeniería de la Dirección Nacional de los Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP) que mutó en los Servicios Bolivarianos de Inteligencia (Sebin), dirigidos por él durante seis años.
A esta organización, que depende directamente de la Vicepresidencia de la república, se le atribuye la supuesta persecución y encarcelamiento de varios dirigentes y manifestantes opositores que lideraron una ola de protestas registradas en 2014 que dejó 43 fallecidos.
Fue justamente Rodríguez Torres quien dirigió como ministro de Interior y jefe del Sebin las operaciones que desmantelaron los grupos de choque que hicieron frente a las autoridades durante las protestas, y también la detención del opositor Leopoldo López.
Salió sorpresivamente del Gobierno de Nicolás Maduro luego de que el jefe de Estado informase a finales de 2015 que el militar retirado se tomaría un descanso de un par de semanas y luego asumiría nuevas funciones en el Gabinete, que nunca fueron anunciadas.
En una entrevista con Efe la ministra de Asuntos Penitenciarios, Iris Varela, dijo que la salida del ministro se debió a que Maduro fue informado de un plan para sacarle del poder liderado por Rodríguez Torres que «no soportó nunca» que Chávez eligiera a Maduro y no a él como su heredero político y sucesor.
Esto coincidió también con un procedimiento de los cuerpos de seguridad registrados a finales de 2015, un allanamiento en el que resultaron muertas cinco personas, entre ellas el líder de un colectivo chavista identificado como José Odreman, y que días antes responsabilizó a Rodríguez Torres, entonces ministro de Interior, de su seguridad.
Luego de eso Rodríguez Torres reapareció en la escena política venezolana con una escalada de críticas que acabó convirtiéndolo, junto a la exfiscal Luisa Ortega, en uno de los principales disidentes del gobierno chavista y líder de su propia organización de «chavistas críticos».
El exministro anunció en febrero pasado que la Contraloría General de su país le impuso una inhabilitación política por 12 meses, lo que le impedirá competir en las elecciones presidenciales que se harán en el país el 20 de mayo.
Indicó entonces que según el documento en el que se le informa de su inhabilitación se indica que supuestamente no presentó su declaración jurada a la Contraloría lo que calificó como «un error intencional y político» de esta institución y un «falso positivo» lanzado por el Gobierno de Maduro para sacarlo del juego político.
Aunque voceros del gobierno le han acusado en reiteradas ocasiones de estar detrás de movimientos desestabilizadores, incluso antes de ser separado del Gobierno, no fue sino hasta que se conoció públicamente sus diferencias, que estas acusaciones se hicieron públicas.