Migrantes venezolanos fueron liberados en frontera con Honduras
800 Noticias | Agencias
En el Puesto Fronterizo Integrado Agua Caliente, ubicado en el territorio intrafronterizo de la Unión Aduanera con Honduras, fueron liberados en horas del mediodía de este martes 2 de agosto, los 41 migrantes venezolanos que fueron detenidos por las autoridades de Guatemala, el pasado viernes, en la ciudad de Quetzaltenango, zona montañosa del oeste del país y que limita con México.
Así lo informó a El Pitazo Yuleidys Gutiérrez, una joven de 25 años, una de las personas detenidas que viaja con su pareja de 32 años, con la que pretende llegar por la ruta ilegal a los Estados Unidos.
Gutiérrez indicó que tras más de 75 horas encarcelados, primero en la comandancia policial de Quetzaltenango y luego en celdas del Instituto Guatemalteco de Migración (CACTMI- IGA), los hicieron abordar un autobús a las 5:00 am y los llevaron al Puesto Fronterizo de Agua Caliente, y que son de la Unión Aduanera con Honduras y Guatemala.
«Aquí nos encontramos con otro lote de venezolanos, unos ya agarraron nuevamente para Guatemala y nosotros vamos caminando también para el mismo sitio», indicó la joven, que es una de las 8 personas oriundas de Guanarito, zona rural del sur de Portuguesa, que han atravesado países de sur y centro américa y cruzado la Selva del Darién con el único propósito de llegar a Estados Unidos para hacer vida en ese territorio.
El grupo de estos 41 venezolanos además lo integran una niña de 2 años, un bebé de siete, cinco embarazadas. «A todos los retuvieron los documentos venezolanos, pero cuando los liberaron los devolvieron, pero si se quedaron con dinero que nos quitaron».
A las familias que viajaban desde Guanarito, y que partieron de allí el pasado 5 de julio, los despojaron de más de 400 dólares. «Salimos de nuestra tierra con 3 mil dólares y ya nos deben quedar 800 dólares, pero es imposible regresar y atravesar nuevamente la selva de vuelta para ir de vuelta. Nuestro propósito es llegar a la frontera de Estados Unidos».
Gutiérrez cuenta que de las secuelas de haber atravesado la Selva del Darién, le quedaron hongos en los pies, además del trauma de haber visto tantos cadáveres humanos. «Vimos muchos muertos y nos encontramos con animales venenosos. No es una opción regresarnos y volver a vivir esa horrible experiencia».
Con información de El Pitazo