México critica impunidad de agentes de EEUU que mataron a golpes a inmigrante
México, México | AFP | El gobierno de México manifestó este viernes su «más enérgico rechazo» a la decisión de Estados Unidos de no presentar cargos penales en contra de los agentes responsables de la muerte de un inmigrante mexicano en 2010, y aseguró que esto «se contrapone al espíritu de colaboración».
La decisión, anunciada este mismo viernes por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, «contraviene los esfuerzos de la red consular mexicana, que busca fomentar lazos de confianza entre la comunidad y sus autoridades policiacas y de procuración de justicia», indica un comunicado de la cancillería mexicana.
Anastasio Hernández Rojas falleció el 28 de mayo de 2010, en las inmediaciones del Puerto de Entrada de San Ysidro, California, cuando intentaba cruzar la frontera de manera ilegal.
Agentes de la Patrulla Fronteriza estadounidense «aplicaron choques eléctricos en repetidas ocasiones y lo golpearon», indica un comunicado de la cancillería mexicana, al asegurar que Hernández «se encontraba en el suelo, sometido y desarmado, y no representaba un peligro para los más de ocho agentes que se encontraban en el lugar».
La decisión de la justicia estadounidense «genera la percepción de que las acciones indebidas de los oficiales encargados del cumplimiento de la ley quedan impunes», recalcó la cancillería.
El caso de Hernández causó indignación en México y el entonces presidente, Felipe Calderón, exigió a Estados Unidos «el esclarecimiento de los hechos y el castigo a los culpables».
Poco después de este incidente, un adolescente mexicano murió en la frontera entre la mexicana Ciudad Juárez y la ciudad estadounidense de El Paso, cuando un agente de la Patrulla Fronteriza le disparó argumentando que varios acompañantes de la víctima lo atacaron con piedras.
México comparte con Estados Unidos una frontera de más de 3.000 km por la que cada año ingresan de forma ilegal migrantes mexicanos y centroamericanos principalmente, en la búsqueda del sueño americano.
Se calcula que en Estados Unidos viven unos 11 millones de indocumentados, la mayoría de ellos mexicanos.