Menopausia precoz: Herencia genética - 800Noticias
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EFE Salud

Se estima que la menopausia precoz la padecen aproximadamente entre el 1 y el 4 % de las mujeres españolas en edad fértil, lo que abarca entres los 18 a los 45 años.

Según las estadísticas se trata de aproximadamente 300.000 mujeres las que sufren esta condición.

Así nos lo cuenta Mónica Aura, ginecologa especializada en reproducción asistida de la Clínica Ginefiv, que aclara, no obstante, que no existe una media de edad para la menopausia precoz ya que suele depender del caso personal de cada mujer.

“Lo  que conocemos es que es una patología que suele afectar a las mujeres antes de los 40 años, en el caso de las mujeres menores de 30 años es menos frecuente y el porcentaje suele ser más bajo, lo situaríamos entre una de cada mil mujeres”.

Cuando hablamos de la edad más temprana en la que puede ocurrir este problema “podríamos situarlo por debajo de los 20 años, aunque son casos muy raros o excepcionales”.

Menopausia precoz, herencia genética

De acuerdo con la ginecóloga, entre las principales causas de la menopausia precoz suele estar la herencia genética.

“En este tipo de casos, las pacientes pueden tener antecedentes familiares de fallo ovárico prematuro. Es común encontrar en estos casos que sus madres o abuelas también la tuvieron”.

Esto no es concluyente al 100 %, pero sí  se puede decir que las mujeres que cuentan con antecedentes familiares y/o cierta predisposición genética “van a tener más probabilidades“.

Otros factores

Lo que es común a todas las mujeres es que este problema conlleva una serie de factores que lo provocan, “y la genética influye, pero también factores biológicos como son el cáncer o cirugías ováricas previas”.

Al igual que esto ocurre, hay una serie de condicionantes que también pueden  aumentar el riesgo de una menopausia precoz y que pueden ser evitados independientemente del lugar, región o país dónde la mujer viva.

“Aparte de causas que ya he mencionado anteriormente, hay mujeres que se ven afectadas por esta condición debido a las terapias contra el cáncer, radioterapia o quimioterapia, o al consumo de determinados fármacos”.

Incluso por factores externos negativos “como pueden ser tabaco, alcohol y sobrepeso, que no sólo pueden incrementar la probabilidad sino que, como sabemos, pueden dar lugar al desarrollo de muchísimas más patologías”.

A vueltas con la vitamina D

La relación de la vitamina D con la menopausia tiene su núcleo en el déficit de estrógenos y los desajustes hormonales que provoca.

“Se ha observado que tener niveles correctos de vitamina D puede ayudar a evitar desajustes hormonales tempranos importantes”

Estos desajustes pueden derivar en otras enfermedades como osteoporosis, obesidad, o problemas cardiovasculares y metabólicos.

Principales síntomas

El principal síntoma de esta condición es la irregularidad de la menstruación, periodos amenorreicos (sin reglas) hasta la desaparición total de las mismas.

Los síntomas afectan a cada mujer de manera particular, pero algunos son comunes, “como los dolores de cabeza, sofocos, disminución del deseo sexual, irritabilidad y depresión acompañada de fuertes cambios de humor”.

“Una de las primeras señales que los expertos detectamos -indica Mónica Aura- es la dificultad que tienen las mujeres para lograr un embarazo, lo que en muchos casos lleva al planteamiento de técnicas de reproducción asistida”.

Cambios de humor, depresión y ansiedad

Uno de los riesgos principales que esta patología provoca en las mujeres es su incidencia negativa en la calidad de vida, lo que conlleva claramente una serie de sentimientos negativos y malestar que influyen directamente en la salud mental de miles de mujeres.

“Los cambios de humor, la depresión y la ansiedad son síntomas frecuentes”

A nivel físico, la pérdida de estrógenos por el fin de la función ovárica, aumenta el riesgo de padecer otras patologías como osteoporosis o enfermedades cardiovasculares, por lo que además de empeorar la calidad de vida también supone un problema para la salud en general de la mujer.

Consejos para encararla

Cuando una mujer es diagnosticada de menopausia precoz, más allá de los síntomas propios de esta patología, también se pueden presentar distintos problemas psicológicos.

La ginecóloga sostiene que las mujeres deben saber gestionarlo de la manera más normal posible, entendiendo que es un proceso natural pero que ha llegado antes de tiempo.

Recomienda  el apoyo de otras mujeres que viven la misma situación para poder compartir la experiencia, buscar la mejor forma de sanar y gestionar el cambio radical y la forma en la que afecta a su situación y calidad de vida.

El apoyo de un profesional de la psicología, llevar una dieta sana, o hablar de forma natural del problema para que deje de ser un tabú , son otros consejos.

Y finalmente y  muy importante: practicar deporte, “ya que no solo ayuda a mantener una buena forma física y fortalecer huesos y músculos que se pueden ver afectados por la menopausia temprana, también ayuda a sentirse mejor psicológicamente”.

El impacto de la infertilidad

Las técnicas de reproducción asistida hoy en día han avanzado mucho permitiendo a las mujeres diagnosticadas con este problema tener opciones para llevar a cabo el propósito de ser madres.

Cuando una mujer tenga antecedentes de menopausia precoz, se recomienda realizar una exploración y un estudio de la reserva ovárica permitiendo en este caso poder aconsejar opciones como preservar la fertilidad mediante una vitrificación de óvulos.

Como ya sabemos, “esta condición no se puede prevenir, pero el hecho de que una mujer sepa que tiene riesgo de padecerla puede facilitar la toma de decisiones con tiempo”.

En el caso de que sea diagnosticada más tarde siempre se puede recurrir a técnicas como la ovodonación, mediante la cual la paciente puede recibir óvulos de otra mujer y poder quedarse embarazada.

Pautas a seguir

Para concluir, la ginecóloga recomienda las siguientes pautas para reducir y paliar los efectos de la menopausia precoz.

1.- Reducción de hábitos tóxicos como tabaco y alcohol.

2.- Dieta saludable rica en verduras, frutas, cereales integrales y legumbres.

3.- Tomar el sol sobre todo para la vitamina D.

4.- Ejercicio físico regular para disminuir los riesgos de las enfermedades derivadas de esta situación.

5.- Un tratamiento hormonal sustitutivo para reducir de forma importante las consecuencias de la falta de estrógenos a nivel osteoarticular y cardiovascular a largo.

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