Médico: “Falta de agua fomenta enfermedades de la piel”
Panorama
La crisis hídrica no solo acarrea incomodidades y desbarajustes en las rutinas de los zulianos. Además, patologías cutáneas y gastrointestinales pueden presentarse con la reducción del aseo o el consumo de agua de una procedencia desconocida.
“Al faltar el baño, que es la principal regla de higiene, se fomenta la proliferación de enfermedades por ectoparásitos fácilmente transmisibles. Las más comunes son la escabiosis (sarna) y la pediculosis (piojos), tanto en el cabello como en el área púbica”, explicó Emilio Romero, pediatra intensivista del Hospital General del Sur (HGS).
En la región, aseguró, “se multiplican exponencialmente los casos de infecciones de la piel por estafilococos y estreptococos”. Igualmente, se registra un aumento de la forunculitis (llagas) del cuero cabelludo.
Camila Barrios, habitante del sector El Potente, lamentó que, después de un mes, apenas recibió el servicio de agua por tuberías ayer, durante unas horas. “En ocasiones, nos hemos dejado de bañar hasta por tres días. Es preocupante, sobre todo por los problemas de salud que podamos desarrollar”.
Afecciones como el impétigo costroso o buloso –caracterizado por úlceras en la epidermis– o la dermatitis purulenta pudieran aparecer en quienes padezcan la escasez más severa.
En Maracaibo, zonas como Haticos, Las Vistas, Cecilio Acosta, Cerros de Marín, Lago Azul, Altos de Jalisco, La Rotaria, El Gaitero, la urbanización Urdaneta y el conjunto residencial Las Pirámides reclaman por las irregularidades en el suministro. En el sector Paraíso suman 14 semanas de ‘sequía’ y en Milagro Norte, cuatro meses.
Vecinos de Los Estanques llevan más de la mitad del año carreteando pimpinas. Peor aún, en Cañada Negra (1 de Mayo) y Villa Chinita ya cumplieron el primer aniversario desabastecidos.
El especialista consultado refirió que “en el HGS hay un recrudecimiento de miasis, una enfermedad parasitaria causada por los gusanos de las moscas”, principalmente en personas que viven en condiciones más precarias.
Esta semana, el gobernador Omar Prieto declaró en emergencia la distribución del agua potable en el Zulia. Para esto, habilitó un plan especial para dotar del líquido a las comunidades. Hasta el momento, áreas como Rosa Inés y San Jacinto, además de la parroquia Luis Hurtado Higuera fueron atendidas con camiones cisternas.
Sin embargo, algunos ciudadanos, en su necesidad por adquirir el líquido, acuden a otras fuentes. Por ejemplo, las tomas del parque Urdaneta, la plaza de Los Cachos o las adyacencias del Puente Oleary. Otros recurren a los pozos ubicados en las cercanías de los distribuidores de la ciudad.
“Estos depósitos profundos de Maracaibo se contaminan con más rapidez porque se trata de un agua salobre. Surtirse de ahí implica arriesgarse a sufrir padecimientos gastrointestinales (…) Esa agua podría tener bacilos coliformes: las bacterias que vienen con las heces”, señaló el doctor Romero.
Procesos médicos importantes causados por la Escherichia coli, salmonella y shigella pueden atravesar quienes ingieran de estas aguas no aptas. La amibiasis y la yardiasis también se incluyen en el listado.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calculó que “unas 842 mil personas mueren cada año de diarrea como consecuencia de la insalubridad del agua, de un saneamiento insuficiente o de una mala higiene de las manos”.
Ante esto, Emilio Romero recomendó “hervir el agua que sea de consumo, en todos los casos”.
Dado que los infantes corren especial riesgo de contraer enfermedades relacionadas con el agua, la optimización del sistema hídrico “ puede tener como resultado un mayor índice de asistencia a la escuela”, mencionó la organización sanitaria.
“Aquí jamas hemos contado con el bombeo. Resolvemos con los camiones cisternas y compramos agua de botellón para tomar. Pero, a veces, pasamos el día de sed porque no conseguimos”, fue la queja de Elvia Calderón, quien reside en el barrio La Sonrisa, donde el agua no llega por tuberías desde hace más de 30 años.
La baja cantidad de líquido en el cuerpo “favorece la deshidratación en niños pequeños, la formación de cálculos, fallas renales o, incluso, hipovolemia” (disminución del volumen total de sangre que circula en el organismo).
Considerando el clima de la región, los adultos que pesen entre 70 y 80 kilogramos deben beber alrededor de 3 litros diarios. Entretanto, los niños requieren de 100 a 150 cc por cada kilo de peso.
Las personas que levantan botellones, baldes o pipas se exponen a la aparición de hernias de tipo abdominal o inguinal. “He visto hasta niños alzando grandes volúmenes de agua”, denunció Eleazar López, desde Pomona.
“Cuando el agua procede de fuentes de abastecimiento mejoradas y más accesibles, las personas gastan menos tiempo y esfuerzos en recogerla físicamente, lo que significa que pueden ser productivos en otras esferas. Esto también puede redundar en más seguridad personal, ya que reduce la necesidad de hacer viajes largos o peligrosos para recoger agua”, afirmó la OMS.
Agregó que el fortalecimiento de este servicio, igualmente, implica la disminución “del gasto sanitario, pues la gente tiene menos probabilidades de enfermar”.
Con información de: Panorama del Zulia