Mayweather el hombre que se dice «más grande» que Alí
Las Vegas, Estados Unidos | AFP | Floyd Mayweather junior, el hombre que se dice «más grande que Alí», porque nunca ha perdido una pelea, buscará demostrar el sábado ante Manny Pacquiao que su legado boxístico es más consistente que su boconería.
Mayweather y Pacquiao se miden en la arena del hotel-casino MGM Grand en una megapelea de 300 millones de dólares asegurados, y con tres títulos mundiales de peso welter en línea.
A sus 38 años de edad, Mayweather se está acercando al récord de Rocky Marciano, que se retiró en 1955 con 49 victorias, 43 de ellas por nocaut, para convertirse en uno de los íconos del boxeo estadounidense.
La pelea contra Pacquiao es parte de ese legado que Mayweather ha ido construyendo, aunque en el camino a ese objetivo se ha ganado numerosos detractores.
Nacido el 24 de febrero de 1977 en Grand Rapids (Míchigan), en el seno de un hogar disfuncional con dos padres drogadictos, negro, y escasa educación, Mayweather tenía todas las bazas en su contra para revertir un futuro que parecía inevitable.
Pero el hijo primogénito de Floyd Maweather nació con un don: saber tirar golpes. Pero lanzarlos de forma tal, que en vez de parar en la cárcel ese talento lo ha catapultado a la fama, la fortuna, y dentro de unos años más, al Salón de la Fama del Boxeo.
Cierto, el chico heredó del clan Mayweather el talento para boxear, pero no por ser hijo de gato tenía que necesariamente cazar ratones.
Su padre, Floyd, un artista de la defensa, fue campeón nacional amateur en 1977, con una prometedora carrera profesional hasta que una sarcoidosis del pulmón le sacó de los encordados. Sus tios, Roger ‘La Mamba Negra’, y Jeff, fueron campeones mundiales de pesos superpluma y superligero.
Según cuenta su padre, desde que Floyd abrió los ojos, ya tenía predestinado su futuro.
«Cuando tenía tan sólo 10 meses de naci18do, le enseñé a colocar las manos como un boxeador en guardia. Poco días después, entré a la habitación y el chico estaba haciendo exactamente lo que le había enseñado», rememoró Mayweather padre en unos de sus apartes con la prensa, mientras prepara a su hijo para la gran pelea del sábado.
– Talento para boxear, y para hacer dinero –
Entrenado por su padre, Mayweather recorrió el camino previsible que su estrella le tenía marcada. Fue campeón Guantes de oro de 1993 a 1996, tuvo un récord amateur de 84-6, y medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Atlanta-1996.
Pocos meses después de regresar de los Juegos Olímpicos, debutó profesional con un nocáut ante el veterano Roberto Apodaca. Dos años después, obtuvo su primer título mundial, tras arrebatarle la faja de superpluma al mexicano Genaro Hernández.
Entonces comenzó una carrera meteórica que le dio además las coronas de peso ligero (2002), Superligero (2004), welter (2006) y superwelter (2012).
Y con cada triunfo, su cuenta bancaria fue engordando más y más, lo mismo que su ego y su exuberancia para crearse sobrenombres.
Primero fue el «Pretty Boy (Niño Lindo)», cuando nadie le tocaba la cara debido a su defensa superlativa. Luego se hizo llamar «The Money Man» (El hombre del dinero) y ‘Money’ Mayweather, con ganancias que superaron los 105 millones de dólares el pasado año. Y ahora se apoda «TBE» (El mejor del mundo), por encima del legendario Alí.
«Primero les di el personaje de Pretty Boy Floyd, y después vine y les di el personaje de Money May, ahora TBE. Armé un imperio y un equipo sólido, e hice mi trabajo», añadió.
Para unos, su comparación con Alí es apostasía, para otros fanfarronería, y para sus seguidores santa palabra. Pero muchos se están preguntando si la fama y el dinero no le habrán nublado la manera de pensar al TBE.
«Nadie me puede lavar el cerebro para hacerme creer que Sugar Ray Robinson y Muhammad Ali fueron mejores que yo», dijo a una cadena nacional hace unos dias.
Y al parecer, Ali recibió el mensaje, porque justo en la madrugada del jueves envió un texto desde su cuenta twitter @MuhammadAli. Con su característico humor y arrogancia, Alí texteó: «Don’t you forget, I am the greatest!» (No lo olvides, soy el más grande»).