Martín Hahn: La televisión venezolana cada día se deteriora más
800 Noticias
Para escribir la historia de la televisión venezolana, la del pasado y la del presente, hay que escuchar al dramaturgo, actor y profesor universitario Martín Hahn. Aunque está inmerso en el proyecto “Vivir y convivir en Venezuela”, una serie que él mismo escribe y dirige y que se transmite por Youtube, Hahn no deja de analizar lo que ocurre con la TV en el país.
Este jueves 21 de julio el docente universitario participó en el segundo seminario nacional Ininco: Conectados y Desconectados, y en ese contexto conversó con contrapunto.com.
-¿Cómo se está consumiendo televisión en Venezuela?
-La televisión abierta tiene la cualidad de que no cuesta en Venezuela. No tiene un costo, y eso es importante para las comunidades más vulnerables. Sin embargo, ellos pueden consumir televisión por suscripción, porque hay siempre un vecino, siempre alguien que tiene el servicio y lo puede compartir. Comparten los usuarios. La situación de la televisión venezolana actual tiene la desventaja de que, como cada día se deteriora más en su programación, el público migra a las plataformas. Va a llegar un momento en que la televisión venezolana, y ya está pasando, empieza a comportarse como repetidoras.
-¿Repetidoras de qué?
-Repetidoras de programas de ficción. Algunos son repetidores de noticieros. El noticiero está compuesto por noticias que manda el Estado, por ejemplo, o la perspectiva que el Estado quiere que se diga a través de los noticieros que son producción nacional pero no son independientes si nos ponemos a contemplar que las noticias tienen que cubrir lo que al Estado le interesa cubrir.
-¿La censura está matando la televisión abierta?
-De cierta manera sí, peor no tanto porque la televisión sea atacada por Conatel. Lo que es atacado por Conatel son los canales de televisión. Eso genera autocensura muy fuerte. Eso hace que los contenidos no sean del todo creativos ni novedosos, porque resulta que los que generen contenido tienen la lupa de los propios canales de televisión que no quieren pagar multas multimillonarias a raíz de otras experiencias que han tenido. Controlan mucho los contenidos. Los noticieros son los que más controlan. Los programas de magacines no, porque son de variedades y no tienen nada, a menos que hagan algún comentario “imprudente” que suele pasar. Pero las instituciones que vigilan las campañas que se puedan acusar de incitación al odio pueden pasar por alto este tipo de comentarios que ya se ve que son torpezas de los anclas de los programas.
Continuar leyendo en Contrapunto