Maneras en las que puedes dañar tu Raspberry Pi
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La Raspberry Pi es un pequeño, pero poderoso ordenador de placa que brinda la oportunidad de adentrarte en la electrónica y la programación de una manera única. Te permite realizar todo tipo de proyectos informáticos, desde crear un centro multimedia hasta programar un robot.
Sin embargo, también es un equipo bastante delicado que requiere de ciertos cuidados y precauciones. Si no quieres que tu miniordenador acabe en la basura, te compartimos las 8 maneras en las que puedes dañar este dispositivo y cómo evitarlo.
Sobrecalentamiento
Si bien las Raspberry Pi están diseñadas para soportar un uso prolongado, un calor excesivo puede dañar los componentes internos. El sistema de protección térmica integrado en el chip puede ayudar a evitar daños, pero en condiciones extremas, como en un entorno muy cálido o en una carcasa térmicamente conductora, la temperatura podría aumentar más allá del límite seguro.
Además, el equipo puede calentarse mucho si no se ventila adecuadamente. Esto puede ocurrir si la usas durante mucho tiempo, si la sometes a un uso intensivo o si la colocas en un lugar cerrado con poca o nula ventilación. Si planeas utilizar este mini PC en situaciones que podrían generar calor, como el overclocking, es fundamental prestar atención al enfriamiento.
Desde disipadores de calor hasta ventiladores, hay muchas opciones disponibles en el mercado para mantener tu placa a una temperatura segura y operativa, y así evitar el sobrecalentamiento.
Descarga electrostática
Si alguna vez has sentido una pequeña descarga eléctrica al tocar algo, se trata de la descarga electroestática (ESD), y puede ser más peligrosa de lo que piensas para tu Raspberry Pi. Estas pequeñas chispas eléctricas que se producen cuando tocas un objeto con carga eléctrica, como una alfombra, una prenda de ropa o el pelo.
Si tocas el equipo con las manos sin antes tocar un objeto con tierra, como un grifo o una tubería metálica, puedes dañar o incluso destruir tu placa. La ESD puede afectar severamente los circuitos integrados y otros elementos sensibles, lo que lleva a fallos inesperados y posiblemente permanentes.
Existen algunas prácticas simples, pero efectivas, que debes seguir para mantener tu placa a salvo. En primer lugar, considera la posibilidad de trabajar en una superficie antiestática o usar una pulsera antiestática mientras manipulas la Raspberry Pi.
Daño físico
Los daños físicos son una de las formas más comunes en las que una Raspberry Pi puede sufrir daños irreparables. Los impactos fuertes, caídas repentinas o cualquier tipo de agresión física pueden tener consecuencias desastrosas para tu placa.
Si se golpea o cae al suelo, puede romperse o dejar de funcionar correctamente. Además, los líquidos también pueden ser dañinos para los componentes internos del equipo. Un simple derrame de agua o cualquier otra sustancia líquida podría causar cortocircuitos, corrosión y daños severos.
Para mantener tu placa a salvo de cualquier daño físico, se recomienda tomar precauciones. Por ejemplo, considera utilizar una carcasa protectora resistente que brinde una capa adicional de protección contra impactos y caídas. Asegúrate de colocar tu Raspberry Pi en una superficie estable y segura, y evita colocarla en lugares donde sea propensa a caerse.
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