Maduro busca rival que haga «creíbles» sus presidenciales
Con información de LV
El politólogo Jesús Castillo Molleda declaró que el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) está en la búsqueda de un adversario para legitimar los comicios electorales. Esto lo destaca ante la opción de que haya una nueva fecha para las elecciones en el país.
Castillo explicó que mientras “el Gobierno no tenga contrincantes” la fecha de las elecciones puede seguir variando debido a que “sin duda alguna, el presidente Nicolás Maduro y todos los partidos oficialistas” requieren de legalidad para hacer ver que en Venezuela hay democracia y participación política.
“El Gobierno necesita decirle al mundo que la mesa de diálogo sigue abierta y demostrar que en Venezuela están dadas las mejores condiciones para participar en las elecciones”.
Si este contexto se analiza desde “el punto de vista estratégico”, el también profesor universitario considera que con esperar uno o dos meses más, el PSUV haría “una gran apuesta”. Es decir, que en vez de que solo haya elecciones presidenciales, se unirían los comicios para definir los representantes de los Consejos Legislativos, de los Concejos Municipales y de la Asamblea Nacional.
“Borrón y cuenta nueva. Haciendo todo en democracia, pero por otra parte me llevo todo. No hay mucho que razonar, solo que el Gobierno simplemente intenta buscar un contrincante”, aseguró Castillo Molleda.
Mientras Tibisay Lucena, presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), no se pronuncie sobre el cambio de fecha de las presidenciales sigue siendo mera especulación.
El hombre que no pierde nada
Castillo Molleda habló sobre la candidatura del pastor evangélico Javier Bertucci, y afirmó que “no pierde nada” con postularse para las presidenciales puesto que “ganaría fuerza política y se convertiría en la representación de la Iglesia Evangélica más importante el país”.
“Sería la apertura para mantener su estructura de negocios, a su Iglesia y a sus seguidores”.
El experto, precisa: “Bertucci es un hombre de negocios y ha sido un pastor visionario en crear el grupo Maranatha Venezuela. Está involucrado en negocios petroleros, de inmobiliarios y en la industria de la medicina, ha sabido aprovechar su relación con el Gobierno y más con el exgobernador del estado Carabobo, Francisco Ameliach”.
Para Castillo Molleda, Bertucci tiene un historial que lo deja mal parado: Estuvo envuelto en los “Panama Papers” o Papeles de Panamá y se demostró que estaba envuelto en “algún tipo de negocio con el Gobierno”.
Asegura que Bertucci está pasando por una situación de amor-odio. Sus seguidores en la fe asumen una postura de “rechazo y señalamiento” en su contra, puesto que las Iglesias no son unidas.
“Si el presidente Nicolás Maduro no encuentra otro candidato, y Bertucci es su postulante, en definitiva legitimaría las elecciones para la presidencia de Venezuela”, opinó el politólogo.
El analista precisa que si el pastor saca “por lo menos un millón de votos, este se convertiría en una de las figuras más importantes de la Iglesia Evangélica y de un sector no chavista” llevando a establecer una nueva geopolítica en Venezuela.
Gobierno “urgido”
El politólogo Luis Salamanca declaró que aparte de revalidar las elecciones, “el Gobierno está urgido” por solucionar el cerco económico ya que no pueden reconocer contratos de interés nacional que no están acreditados por la Asamblea Nacional. “No tienen gobernabilidad futura porque no tienen cómo sostenerse económicamente. Ojalá consigan condiciones y fecha, firmado y sellado, y que el CNE lo anuncie, pero la verdad es que este gobierno es poco creíble. Maduro destroza nuestra Constitución”, destacó en entrevista con El Nacional.
Chavismo “estancado”
EFE. El chavismo estaría «estancado» con un techo inamovible de cinco millones de potenciales votantes, mientras la oposición venezolana estaría respaldada por unos ocho millones de ciudadanos, según Félix Seijas, estadístico y director de la encuestadora Delphos.
Indicó que el Gobierno de Nicolás Maduro quiere celebrar los comicios en el primer semestre del año para evitar que el descontento social crezca al mismo ritmo que la crisis económica y que el escenario ideal del oficialismo es que esas elecciones sean muy pronto y con la participación sin condiciones de la oposición.
