Macron inicia peregrinación conmemorativa por escenarios de la Gran Guerra
EFE
El presidente francés, Emmanuel Macron, inicia una peregrinación conmemorativa por diferentes escenarios de la Guerra Mundial, que acabará en París el próximo domingo, día en el que se cumplen cien años del armisticio.
A lo largo de una semana, el presidente visitará once departamentos y asistirá a decenas de actos en diferentes municipios del este y el norte del país, los que más sufrieron el conflicto entre 1914 y 1918 que costó la vida a diez millones de personas.
Se trata de un mediático viaje que se produce cuando la popularidad del presidente no deja de deteriorarse y a menos de un año de las europeas que Macron quiere convertir en un plebiscito sobre la Unión Europea (UE), a su juicio amenazada por nacionalismos y populismos.
En una entrevista publicada el pasado jueves el presidente comparaba la situación actual con la que vivía Europa tras la Primera Guerra Mundial y que desembocó en la Segunda, un aviso a no cometer los mismos errores.
Su peregrinaje, que el Elíseo ha comparado con los que solía hacer Charles de Gaulle para entrar en contacto directo con los franceses, tendrá dos vertientes.
Por un lado, la puramente conmemorativa, que llevará a Macron a algunos de los lugares que albergaron las fronteras que, durante años, acogieron el horror de aquel conflicto, como Morhange, Verdun, Péronne o Ablain-Saint-Nazaire.
Macron rendirá homenaje al escritor Maurice Genevoix, herido en la Primera Guerra Mundial, y a los soldados africanos que participaron en ella, en un acto en Reims junto a su homologo maliense, Ibrahim Boubacar Keita.
París ha querido asociar a la iniciativa a Alemania, en una especie de nuevo símbolo de reconciliación entre ambos países, similar al que ya hicieron De Gaulle y Konrad Adenauer en 1958, y François Miterrand y Helmut Kohl en 1984.
El viaje se iniciará así con un «concierto de la amistad» en la catedral de Estrasburgo al que Macron asistirá con su homólogo alemán, Frank-Walter Steinmeier.
Y terminará el sábado en Compiègne, escenario de la firma del armisticio, en compañía de la canciller alemana, Angela Merkel.
La canciller será, además, la encargada de pronunciar al día siguiente el discurso de apertura del Foro de la Paz, al que Macron ha invitado a un centenar de mandatarios, entre ellos los presidentes de EEUU, Donald Trump, y de Rusia, Vladímir Putin, además de los de los otros países beligerantes en aquel conflicto.
El presidente francés pronunciará una semana más tarde un discurso en el Bundestag alemán (cámara baja).
La otra vertiente del viaje es política, porque Macron aprovechará su semana fuera del Elíseo para intentar cambiar la imagen de presidente distante que parece estar afectando a su popularidad.
Por ello, además del Consejo de Ministros previsto en Charleville-Méziers, visitará factorías simbólicas de una región afectada por la desindustrialización.
Esta parte ha sido la más criticada por la oposición, que considera que el presidente quiere recuperar la memoria de la guerra en su favor con la vista puesta en las europeas.
En ese sentido, le han llovido las críticas por la difusión de un vídeo oficial para animar al voto en los comicios de mayo próximo en el que se utilizan, de forma negativa, las imágenes del número dos del Ejecutivo italiano, Matteo Salvini, y del primer ministro húngaro, Viktor Orban.