Macron defiende la energía nuclear en la UE para ganar independencia
EFE
El presidente francés, Emmanuel Macron, defiende que la energía nuclear tiene que estar en el centro de la estrategia de la UE para la transición energética porque ayudará a reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y a ganar en independencia respecto a las importaciones de combustibles.
En una entrevista publicada este martes por Le Parisien, Macron reitera su compromiso de construir nuevos reactores nucleares en su país, que considera que se beneficia de generar un 70 % de su electricidad a partir de sus centrales atómicas.
A una pregunta sobre la polémica propuesta de la Comisión Europea para incluir el gas y la energía nuclear en la taxonomía de energías «verdes» junto a las renovables, y por tanto susceptibles de recibir fondos comunitarios, Macron la justifica pese a las críticas por los riesgos de funcionamiento de las plantas atómicas y por los residuos radiactivos que generan, con duración durante cientos de años.
La ventaja de la nuclear -destaca- es que permite «producir energía de forma descarbonizada y no intermitente», mientras que las renovables «tienen una debilidad», y es que «son intermitentes», afirma.
Además, «no es verdad que se pueda pasar de un día para otro del carbón a la energía eólica y solar porque ni el viento sopla ni el sol brilla todo el día», añade.
El presidente francés recuerda que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) dice que la transición energética no podrá hacerse si se cierran las nucleares.
Teniendo en cuenta esos elementos y partiendo de que en Europa hay que cerrar todas las centrales de carbón, avisa de que hacerlo sin las nucleares significaría cambiarlas por otras de gas y entonces aumentaría la dependencia de las importaciones de Rusia, que ya suponen en torno al 40 % del aprovisionamiento de la UE.
«Por tanto -concluye-, el centro de la estrategia europea debe pasar por la nuclear, si queremos descarbonizar y ser más independientes».
Francia se ha aliado con países del centro y del este de Europa para defender la catalogación por la UE de la nuclear y el gas como energías «verdes», con la oposición de otros Estados como Alemania o España.