Machu Picchu recibe la inesperada visita de dos osos de anteojos
EFE
La ciudadela inca de Machu Picchu recibió la inesperada visita de dos osos de anteojos, que se pasearon con total parsimonia por las zonas más sagradas del complejo frente a la atónita mirada de uno de los guardianes del parque arqueológico.
La pareja de animales, aparentemente una madre con su cría, fue avistada caminando sobre los muros que dan acceso a la Plaza Sagrada, uno de los diáfanos espacios donde se celebraban diferentes rituales.
Luego, en un alarde de equilibrio, descendieron por los empinados andenes que dibujan el perfil escalonado de las laderas de Machu Picchu, la mayor atracción turística de Perú.
Las imágenes del paseo de estos osos andinos fueron captadas hace dos semanas por Luis Cobos y difundidas este jueves por la Dirección Desconcentrada de Cultura (DDC) de Cusco, región del sur de los Andes peruanos que fue el centro del imperio incaico.
En los últimos años se ha vuelto frecuente ver a osos de anteojos cerca de los vestigios de Machu Picchu cuando abandonan momentáneamente la espesura de la selva montañosa que rodea al complejo arqueológico.
Sin embargo, no es tan común verlos pasearse por los mismos caminos que utilizan los turistas, esto debido a que con la pandemia el número de visitas es restringido, lejos de las 5.000 personas que podían visitar en un solo día la ciudadela.
Cerca de Machu Picchu existe además una reserva natural de osos de anteojos gestionada por la asociación Inkaterra, que alberga varios ejemplares.
Los osos de anteojos son una especie de mamíferos carnívoros de la familia de los úrsidos, los únicos de su especie en Suramérica, cuyas manchas blancas alrededor de los ojos son el rasgo más distintivo en el pelaje negro o café que rodea su cuerpo, que puede alcanzar 1,90 metros de longitud y 125 kilos de peso.
El oso andino se ha vinculado además en los últimos años especialmente con Perú por Paddington, el popular personaje de la literatura infantil británica que llega a la casa de la familia Brown en Londres procedente del «más oscuro y recóndito Perú».