Lula afirma que fallecido Marco Aurelio García fue «más que un canciller»
EFE
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva afirmó este viernes durante el velorio de su exasesor de Asuntos Internacionales, Marco Aurelio García, que el historiador y amigo fue «más que un canciller» y era admirado por líderes mundiales como el exmandatario estadounidense Barack Obama.
Sin el rótulo oficial de canciller, «Marco Aurelio representaba los partidos de izquierda cuando Celso Amorim (su entonces Ministro de Relaciones Exteriores) no tenía acceso. Él me representaba junto a los movimientos sociales y sindicales cuando Celso no tenía acceso», señaló Lula a periodistas.
El exgobernante estuvo acompañado en el velorio realizado durante la tarde de este viernes en Sao Paulo, entre otros, por su sucesora y presidenta destituida Dilma Rousseff, por el excanciller Amorim y por la senadora Glesi Hoffman, titular del Partido de los Trabajadores (PT).
García, de 76 años, murió el jueves víctima de un infarto en la capital paulista.
«El me representaba junto al movimiento sindical, a los partidos de izquierda, y aun así disputaba con Celso la primacía de agradar a los gobernante del mundo entero», entre los que citó a Obama, a la canciller alemana, Ángela Merkel, y al presidente ruso, Vladimir Putin, recordó Lula.
Nacido en la ciudad de Porto Alegre, García sufría desde hace unos años de problemas cardíacos que en 2013 se agravaron y llevaron a sus médicos a realizarle una delicada operación de corazón, en la que le fueron colocados dos puentes de safena y dos arteriales.
Durante las gestiones de Lula y Rousseff, García fue un hombre clave en la política exterior de Brasil y muy en especial en todo lo relacionado con América Latina, una región a la que dedicó buena parte de sus estudios y su vida política.
García se inició en la política en su juventud, cuando se vinculó a los comunistas que dominaban los centros universitarios de Porto Alegre, y en tiempos de la dictadura militar se exilió en Francia, donde participó en los movimientos de mayo de 1968.
Regresó luego a Brasil para salir al exilio nuevamente y residió en Uruguay, Chile, Argentina, México, hasta que retornó a su país en 1979, con una apertura política promovida por la dictadura.
García participó en 1980 en la fundación del Partido de los Trabajadores (PT) junto a Lula y también fue uno de los promotores del Foro de Sao Paulo, que congrega a organizaciones de izquierdas de América Latina.
Su protagonismo en la política exterior del Gobierno de Lula en todo lo relativo a América Latina y su amistad con muchos de los líderes regionales de la época llevó a que muchos lo tildarán de «canciller en la sombra», frente a lo cual siempre dijo que no era más que un mero «colaborador» del presidente.
«Marco Aurelio no necesitaba decir que estaba hablando a mi nombre. Las personas sabían que quien hablaba en nombre de Brasil era Celso Amorim y que quien hablaba en mi nombre, del PT y de las minorías era el compañero Marco Aurelio García», manifestó Lula.
Fue, sin embargo, un importante mediador en conflictos que ya entonces enfrentaban al fallecido presidente venezolano Hugo Chávez con la oposición o en diversas negociaciones de paz intentadas con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
También fue uno de los promotores del Foro Social Mundial, una de las últimas grandes experiencias de la izquierda internacional y que fue plataforma de muchos de los líderes latinoamericanos del arco socialista que llegaron al poder en los últimos 15 años.
Rousseff, en tanto, calificó a García, quien fue también su asesor de Asuntos Internacionales, como un «gran amigo» y «un hombre excepcional» que hizo «su patria desde Uruguay hasta Venezuela«.