Luis Oliveros: La gran duda es si el crecimiento de 2021 podrá ser sostenible
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Venezuela, desde el año 2013, no disfruta eso que llaman crecimiento económico. Son siete años seguidos en los cuales nuestro país no tiene una expansión en su actividad económica. En ese período, el más largo de América Latina y uno de los episodios más destructivos en la historia de la humanidad (para países que no experimentan conflictos bélicos), el PIB venezolano ha retrocedido un 75% (aproximadamente, recordemos que el BCV tiene desde el primer trimestre de 2019 que no actualiza las cifras macroeconómicas).
El tamaño de la economía venezolana en diciembre de 2020 era equivalente a un 25% de la economía venezolana de diciembre de 2013. Ahora imaginen tener que repartir ese pequeño pedazo entre 25-27 millones de venezolanos (PIB per cápita). Al hacer eso, lo que tenemos es pobreza, mucha pobreza.
Para este año 2021, hay varias empresas, bancos e institutos de investigación que están proyectando crecimiento económico. El banco Credit Suisse, EMFI, Fedecámaras y el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Católica Andrés Bello tienen como escenario base para la economía venezolana un crecimiento económico importante en este año.
¿Son empresas afectas al gobierno? No. ¿Son empresas de dudosa calidad? Para nada, al contrario, hay profesionales muy competentes en ellas. ¿Son empresas que han estado bajo una fuerte amenaza de escribir esos reportes? No.
Estos informes sobre un posible crecimiento en Venezuela han despertado toda clase de discusiones. Pero más allá de algunas diferencias, todas estas empresas no están diciendo que viene una recuperación económica importante en el país.
Sus alegatos en torno a un crecimiento económico en 2021 y posiblemente en 2022 están en la fuerza en cómo ha estado creciendo en estos meses el sector comercial, una posible recuperación del sector petrolero, pero sobre todo en que hay un efecto rebote importante, luego de años en prácticamente “caída libre” (sobre todo en 2020 con la pandemia). Obviamente, este crecimiento económico vendría de la mano del sector privado.
Aunque estemos muy de acuerdo con las enormes posibilidades de que Venezuela experimente crecimiento económico en 2021, la duda que tenemos recae sobre la sostenibilidad de ese crecimiento.
Una primera limitante a la sostenibilidad son las sanciones (con sanciones el techo hasta donde crecer es bajo), también el conflicto político (la buena noticia es que ese conflicto pareciera que está mutando), pero también debemos tener en cuenta las dificultades para levantar la oferta de combustible, el estado de los servicios públicos y el deterioro en los niveles de consumo. Por lo tanto, para lograr el crecimiento en tiempo, calidad e inclusión que necesita el país, aún hacen falta muchas cosas que no parecen que las podamos obtener en el corto-mediano plazo.
¿Podemos crecer en 2021? Si, pero la tarea no es solo crecer uno o dos años, es hacerlo de forma sostenida, en números importantes y es allí donde están nuestras dudas. Ojalá que nuestra economía inicie, en este año 2021, una senda importante y sostenible de crecimiento económico.
Mientras más rápido inicie y se prolongue, mejor para la gran cantidad de venezolanos que hoy atraviesan un complicado nivel de vida.