Luis Lacalle Pou, el presidente surfista y fanático futbolero
EFE
Competitivo, amante del surf, fanático futbolero y con pasado en la natación y el rugby, el nuevo presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, es un apasionado de los deportes.
De hecho y, según una nota publicada en su web por su fuerza política, el Partido Nacional (PN, centroderecha), durante sus giras por el interior del país en su equipaje siempre hay calzado deportivo para poder salir a correr y continuar con la actividad física a la que tomó el gusto desde niño.
MONTANDO LA OLA
Con más de 670 kilómetros de costa -entre el Río de la Plata y el océano Atlántico- el agua es una parte importante del paisaje de Uruguay, además de uno de los lugares preferidos de Lacalle Pou, que este domingo asumió el cargo para el período 2020-2025 para el que fue elegido en noviembre pasado.
Nacido en Montevideo en 1973, el exsenador del PN siempre mostró gran fascinación por el medio acuático y, cuando era pequeño, se dedicaba leer todos los ejemplares del National Geographic relacionados con el océano que su abuelo guardaba en su biblioteca, según confesó en el programa uruguayo «De cerca».
A partir de este domingo, su apretada agenda como presidente del país suramericano le impedirá, probablemente, disfrutar del agua tanto como le gustaría.
Por eso, Lacalle Pou quiso exprimir al máximo su último verano antes de tomar posesión de su nuevo cargo y decidió pasar unos días en enero en La Paloma, en el departamento de Rocha (sureste), donde es habitual verle disfrutando de las playas y las olas, ya que las habitualmente tranquilas aguas del Río de la Plata impiden subirse a la tabla en Montevideo.
La del mandatario y el surf es una historia que comenzó cuando Lacalle apenas rondaba los 10 años y se subió a una ola por primera vez.
Desde entonces, ha peleado olas en las aguas de El Salvador, Estados Unidos (California y Hawai), Indonesia y Nicaragua.
EL FÚTBOL: PASIÓN DENTRO Y FUERA DE LA CANCHA
Confeso hincha del Nacional, Lacalle Pou recibió en 2014 su medalla de 30 años de socio.
Su amor por el club le costó perder cuatro dientes en un episodio con la policía cuando en diciembre de 1992 acudió al estadio Centenario a ver un Clásico en el que el tricolor se impuso 1-0 al Peñarol con un tanto del panameño Julio César Dely Valdés, según contó a varios medios.
Sin embargo, ese cariño por el tricolor no se lo pudo transmitir a todos sus hijos y uno de los tres resultó ser hincha del conjunto aurinegro, al igual que su madre, Lorena Ponce de León.
Pese a esto, ambos comparten amor por el Boston River, un pequeño equipo uruguayo, ahora dirigido por Sebastián Abreu, al que Lacalle Pou comenzó a seguir hace muchos años gracias a Alejandro Saavedra, un hincha y colaborador del club, que trabajaba en la casa de su padre, Luis Alberto Lacalle Herrera, cuando era presidente de Uruguay (1990-1995).
«Ha ido a verlo a muchos partidos e incluso es socio al igual que sus hijos», cuenta a Efe el presidente del club Mario Doldán.
Dentro de la cancha y, según dice la publicación del PN, cuando era niño le paró un penalti a otro niño «que lo superaba ampliamente en altura», lo que le valió el apodo de ‘Manga’, en honor al portero brasileño Haílton Corrêa de Arruda, mundialista con Brasil en 1966 y campeón de América y del mundo con el Nacional en 1971.
También, resalta que el presidente electo practicó otros deportes como el rugby, en el que se desempeñaba como apertura, y la natación, con la que participó en competencias nacionales.
EL BALÓN Y LA POLÍTICA, UN VINCULO HISTÓRICO
En la historia de Uruguay, varios políticos estuvieron vinculados al deporte en diferentes cargos.
Uno de estos casos es el del exmandatario Julio María Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000), que es hoy presidente honorario del Peñarol.
Más atrás en el tiempo, Daniel Fernández Crespo, que integró el Consejo Nacional que gobernó Uruguay entre 1963 y 1967, fue presidente del club de fútbol Liverpool y del de baloncesto Aguada.
Por otro lado, Hugo Batalla, vicepresidente del país entre 1995 y 1998, y César Batlle Pacheco, integrante del Consejo Nacional de Gobierno 1959-1963 por la minoría, fueron presidentes de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF).
Atilio Narancio, por su parte, fue senador, miembro del Consejo Nacional de Administración de Uruguay y dos veces presidente del Nacional.
EL PROGRESO DE TABARÉ
Uno de los casos más destacados de política y deporte es el del ya expresidente, Tabaré Vázquez, quien gobernó Uruguay en dos períodos (2005-2010 y 2015-2020), y del club Progreso durante el período más glorioso en la historia de esa institución.
Con Vázquez al frente, el equipo del modesto barrio montevideano La Teja logró su único campeonato en la Primera División en la temporada 1989.
Según relata a Efe Alfredo Etchandy, periodista y miembro de la Asociación de Historiadores e Investigadores del Fútbol, durante su mandato consiguió «un cambio importante» mediante la «responsabilidad social con un merendero y con otras obras» llevadas a cabo en el barrio. EFE