Luis Fonsi: «No me cansaré de cantar Despacito»
ABC
Los días que faltan para verano se cuentan (casi) con los dedos de una mano, y las sugerencias de las distintas plataformas musicales se llenan de ritmos bailables y melodías pegadizas. Entre ellos destaca estos días “Bésame”, la canción que Luis Fonsi ha publicado en colaboración con Myke Tower. El puertorriqueño suma uno más a la larga lista de temas que se escucharán una y otra vez este verano y vuelve a demostrar su versatilidad para pasar del papel de granuja noctámbulo a romanticón empedernido. «Todavía no podemos besarnos», pero Fonsi sí quiere que «nos llenemos de buenas vibraciones».
—Se acerca la temporada estival y esta es una de las candidatas a ser la canción del verano.
—No es fácil ser ‘la’ canción del verano. Lo que yo quiero es que la gente lo disfrute. Ahora más que nunca necesitamos energías positivas, aunque aún no nos podamos besar del todo. Tiene influencia de muchos sonidos diferentes. Tiene bachata, tiene sonidos urbanos, tiene pop, y pensé que era un buen momento para lanzarla. Ha sido increíble el apoyo que estamos recibiendo.
—Habéis elegido esa fusión de sonidos para esta unión de, podemos decir, generaciones.
—No sé cuánto le llevo, pero definitivamente (Myke Towers) es más joven que yo. (ríe) Es de esa nueva escuela, tiene un sonido muy fresco. Es muy, muy talentoso. Si yo me uno a alguien es por respeto, porque soy fan.
—¿Podemos decir que la canción nació en un ascensor?
—No. (ríe) La primera vez que vi a Myke estábamos en un ascensor, eso sí. Fue en unos premios y coincidimos ahí. Yo fui a felicitarlo por la actuación que había hecho y sí que empezamos a hablar de una posible colaboración. Meses después le mandé la canción que hoy es ‘Bésame’y gracias a Dios salió todo bien.
—Acaba de lanzar “Bésame”, pero, ¿cuándo podemos escuchar el disco completo?
—Pronto. No tengo fecha concreta pero confío en que sea, como tarde, a finales de este año.
—Parece que la situación (respecto al Covid-19) evoluciona favorablemente. Imagino que ya tiene en mente fechas para algún concierto en España.
—2022. Para eso sí que hay que esperar un poco más. Es un tema de salud, de permisos y de que la gente se sienta cómoda para decir quiero ir a un concierto. Si fuese por mí… Ahora mismo. Yo me estoy volviendo loco. No tanto por mí, es porque había mucha gente que contaba conmigo: músicos, técnicos… Hay una industria detrás del artista que ha sufrido mucho. Regresar a los escenarios es necesario. Pero lo primero es el tema de salud. Cuando me digan, ahí estaré.
—En verano volveremos a escuchar Despacito, ¿qué significa para usted esa canción que tiene ya cuatro años?
—Marca un antes y un después. Es algo que no me esperaba y por lo que doy las gracias todos los días. Agradezco a todos los que se quisieron sumar a esta canción, como Daddy Yankee o Justin Bieber, porque no la hice solo. Para mí fue una canción que abrió una puerta muy grande para la música latina a nivel mundial, pero también reconozco que el mundo sigue. Me hablas de Despacito y te contesto con una sonrisa, no soy de esos que dicen que no quieren cantar esa canción y me atrevo a decir que ese momento nunca llegará. Esa canción cambió mi vida, y la asocio mucho también con el nacimiento de mi hijo, que sucedió apenas dos semanas antes.
—¿Le preocupaba convertirse en un one-hit wonder después del éxito de ‘Despacito’?
—No porque tuve muchos hits antes de ese (ríe). Llegó en mi año 18 de carrera. Asumo que si preguntas en países que no conocían mi trayectoria quizás solo me conozcan por esa canción, pero ¡me conocieron!
—¿Cree que éxitos como ese han conseguido modificar el significado de la palabra latino?
—El mundo se va haciendo más pequeño. La música es más universal que nunca, las costumbres cambian. Las nuevas generaciones escuchan música y no necesitan entender la letra. Esto sucede también gracias a las plataformas digitales, ellos pueden elegir, porque cuando yo era chiquito escuchaba lo que había en la radio. Esto ha ayudado a la música latina a crecer, y nos ha mostrado a los artistas que hay hambre por nuestro contenido.
—¿Cuál es el país donde sepas que te escuchan y que más te ha extrañado?
—Con Despacito recorrimos literalmente el mundo. Que yo haya ido físicamente fue Rusia. También fuimos a Chipre, que yo no tenía muy claro ni dónde se ubicaba en el mapa. Son lugares que uno estudia en la clase de geografía, pero ya está.
—Estos días si alguien googlea su nombre, además de la canción, aparecen un sinfín de informaciones de la prensa rosa. ¿Cómo lleva convivir con esa realidad, la de que todo lo que haga importe?
—Bien, al final uno controla lo que quiere compartir. Yo de por sí soy muy relajado, no separo el artista de la persona. Soy quien soy. Eso sucedía 30 años atrás, cuando el artista intentaba mantener ese halo de misterio. Ahora pasa lo contrario, lo que quieren es que el artista sea cercano y muestre sus momentos buenos y sus momentos no tan buenos.
—Para terminar, tres artistas que no deberíamos perder de vista.
—Myke Towers, y no porque esté en mi canción, si no porque tiene mucho talento; Rauw Alejandro y Karol G.
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