Luchas internas estallan en la oposición argentina en plena ruta electoral - 800Noticias
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EFE

La principal coalición opositora argentina, Juntos por el Cambio (centroderecha), incorporó este jueves a un aliado ultraderechista en una suerte de tregua en medio de las fuertes disputas que atraviesa por la suma de figuras externas que han generado dudas en las últimas horas sobre su posible fractura.

Juntos por el Cambio, a la que pertenece el expresidente Mauricio Macri (2015-2019) sumó al diputado liberal José Luis Espert, que ingresó a la coalición opositora con intenciones de ser precandidato a presidente para iniciar «un camino común por la lucha por la libertad para recuperar la Argentina», según tuiteó el economista.

«El cambio total y definitivo que los argentinos necesitamos para dejar atrás al Kirchnerismo enfrenta a Juntos por el Cambio a dos desafíos: que estemos más unidos que nunca y que al mismo tiempo nos ampliemos sumando nuevas ideas y gente de bien», tuiteó el alcalde de Buenos Aires y precandidato a presidente, Horacio Rodríguez Larreta.

La suma de Espert se leía como una estrategia de este último para quitarle votos a su rival en las primarias de la coalición, la exministra de Seguridad Patricia Bullrich, muy cercana al expresidente Macri.

Pero este jueves Bullrich dio la bienvenida a Espert, al tuitear: «Las ideas liberales que defiende con fuerza son esenciales para el cambio profundo que necesitamos».

Ampliar a peronistas

Bullrich no dejó de lado este jueves la pelea que mantiene con Rodríguez Larreta por la incorporación de un grupo de peronistas a la coalición, al agregar que «esta decisión no cambia la defensa de Córdoba y contra el intento de traer a aquellos que votaron junto al kirchnerismo».

Esas diferencias tienen que ver con la propuesta del alcalde de Buenos Aires de asociar a la coalición a un grupo de peronistas no kirchneristas, es decir, no alineados con la exmandataria (2007-2015) y actual vicepresidenta, Cristina Fernández, encabezados por el gobernador de Córdoba (centro), Juan Schiaretti.

La virulenta pelea interna dejó enfrentados a las facciones de Rodríguez Larreta, una «paloma» que busca gobernar por consenso, y de Bullrich, un «halcón» que tiene un estilo más frontal.

Tanto Macri como Bullrich consideraron que «una bomba» explotó en la coalición tras el anuncio público que hizo el alcalde de Buenos Aires de buscar esa alianza antes de debatirlo internamente; mientras, Rodríguez Larreta defendió que Juntos por el Cambio se amplíe y construya «una nueva mayoría» para garantizar un «cambio» que «dure para siempre».

Coaliciones en crisis

Estas diferencias internas se manifiestan después de que tanto Macri como Fernández desistieran ser candidatos en los comicios de octubre próximo, que se celebrarán después de las primarias de agosto.

Pese a todo, ambos líderes buscan influir en el futuro de sus respectivas formaciones.

Pero las peleas son intensas porque la coalición opositora decidirá a un candidato que tiene alta probabilidad de ganar las presidenciales en una elección interna competitiva y el Frente de Todos (peronismo) debate si acudir a primarias cuando es muy posible que afronte una derrota en octubre.

Esta última disputa en Juntos por el Cambio despertó la incertidumbre entre los analistas sobre la continuidad de la unidad en esta coalición integrada por Propuesta Republicana (PRO) -fundado por Macri y Rodríguez Larreta-; la Unión Cívica Radical (UCR) y la Coalición Cívica (CC), entre otros, o en la posibilidad de una fractura.

Los analistas leen esta iniciativa del alcalde porteño, apoyada por la CC y parte de la UCR, como respuesta a su posición detrás de Bullrich en las encuestas y el apoyo de Macri a su exministra.

A su vez, advierten que esas peleas internas en un país con una fuerte crisis económica están poniendo un techo en la intención de voto a la coalición opositora.

En el peronismo, el presidente, Alberto Fernández, desistió de ir por la reelección, pero busca primarias entre varios candidatos.

En contraposición, los seguidores de Cristina Fernández prefieren una bendición suya que transfiera el caudal de intención de 25 a 30 % de votos que aún conserva a un solo candidato.

Esto sucede a espaldas de la sociedad que irá a las elecciones con pesimismo y hastío, preocupada por la debilitada economía, con una inflación superior al 108 % interanual que le come su poder adquisitivo y las expectativas.

Ese descontento es captado por un tercer candidato, el economista de ultraderecha Javier Milei, sobre todo entre los jóvenes, quien no deja de crecer en las encuestas, al punto que ambas coaliciones compiten por entrar con él a una eventual segunda vuelta en noviembre próximo. EFE

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