Los Obama cansados de vivir juntos - 800Noticias
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Desde el pasado mes de marzo la vida tal y como se conocía en el mundo dio un giro de 180 grados, una bautizada como «nueva normalidad» que, de una manera u otra, ha afectado a todos. Michelle Obama se ha sincerado ahora sobre cómo vivieron como familia el confinamiento y cómo es su situación actual, marcada por las clases online de sus hijas, Malia (22 años) y Sasha (19), y un nuevo estilo de convivencia.

«Al principio éramos muy organizados y pasábamos los días separados haciendo nuestro trabajo respectivo porque las niñas todavía estaban dando clase a distancia. Así que cuando terminábamos nuestras obligaciones nos juntábamos para hacer un poco de ejercicio y ya por la noches planificábamos actividades que incluían en hacer puzzles, jugar a juegos de mesa y beber algunos cócteles», ha explicado la mujer de Barack Obama en una conversación telemática con el presentador Conan O’Brien.

Así, la exprimera dama ha contado que al principio todos estaban muy implicados en hacer cosas juntos para pasar el tiempo. El expresidente les enseñó esgrima, pinaban y exponían acuarelas… pero todo cambió a las pocas semanas de estar encerrados: «Creo que las primeras en estar hartas de estar en casa con nosotros fueron ellas. Lo cual me pareció genial porque nosotros también estábamos bastante cansados de ellas. Por suerte llegó el verano y pudimos salir para irnos al viñedo, que es donde todavía estamos. Es un lugar en el que tenemos mucho más espacio para pasear y romper esa dinámica de hacerlo todo juntos que teníamos».

Ahora, a pesar de que continúan viviendo en un hogar envidiable, Michelle ha explicado que el cambio de las clases de sus hijas, que ahora son telemáticas, y la gran cantidad de tiempo que pasan encerrados en casa, está volviendo a generar un poco de tensión entre ellos. «Pero ahora que las niñas ya han comenzado sus clases por Zoom, porque están estudiando a distancia, a vuelven a no estar muy contentas de tener que vivir con nosotros», zanja, demostrando que ninguna familia es perfecta.

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