Los hábitos pesan más que la genética en las dolencias cardíacas prematuras
EFE
Los hábitos asociados al estilo de vida, como la inactividad física, el tabaquismo o la presión sanguínea alta, influyen más que los factores genéticos en el desarrollo de dolencias cardíacas de forma prematura, según un estudio presentado este lunes.
Las conclusiones del estudio, presentado en el congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (SEC) que se celebra en París, señalan que los hábitos saludables deberían ser una prioridad para luchar contra las enfermedades del corazón incluso para aquellos con un historial familiar de manifestaciones tempranas de esas dolencias.
Según el autor del estudio, el doctor Joao A. Sousa, del hospital portugués de Funchal, «la genética es un factor importante en la enfermedad cardíaca prematura, pero no debería usarse como una excusa para decir que es inevitable».
En el estudio participaron 1.075 pacientes de menos de 50 años -con una media de 45 años y un 87 % de hombres-, de los cuales 555 padecían una enfermedad de las arterias coronarias como angina de pecho, un infarto de corazón o una angina inestable.
Sus factores de riesgo y genéticos se compararon con los de los otros 520 voluntarios sanos (44 años de media, un 86 % hombres).
Se evaluaron cinco factores de riesgo: inactividad física, tabaquismo, presión sanguínea alta, diabetes y colesterol alto. Casi tres cuartas partes de los pacientes (73 %) tenían al menos tres de esos factores, frente al 31 % del grupo de voluntarios sanos.
En ambos grupos, la posibilidad de desarrollar una enfermedad coronaria aumentaba exponencialmente por cada riesgo adicional: tres veces más con un factor de riesgo, siete veces con dos factores y 24 veces con tres factores.
Al mismo tiempo, se secuenció el genoma de todos los participantes y se establecieron 33 variantes que se cree que influyen en las dolencias coronarias.
Los resultados demostraron que la genética podía ayudar a predecir la aparición de esas enfermedades prematuras, aunque su importancia decrecía conforme aumentaba el número de factores de riesgo.
El doctor Sousa alertó de que muchas veces los pacientes jóvenes se escudan en el historial médico de su familia para explicar sus problemas cardíacos a edad temprana, pero obvian los hábitos poco saludables que sí pueden ser modificados.
«Nuestro estudio aporta pruebas contundentes de que la gente con un historial familiar de enfermedad coronaria prematura debería adoptar hábitos saludables, ya que estos pueden contribuir más a (frenar) las dolencias cardíacas que su genética», subrayó Sousa.
E insistió en que eso implica «dejar de fumar, hacer ejercicio regularmente, comer una dieta saludable, y revisar los niveles de presión sanguínea y de colesterol». EFE